Los 'botones' de La Soba

El himno 'nacional' llaman los de la Sobarriba a su canción más emblemática: 'Botones de arriba abajo', bien merece un recuerdo la historia de esta 'más que una canción'

Antonio Barreñada
14/07/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Grupo folclórico de La Sobarriba triunfador en Madrid en los años 40 y volvieron con 500 pesetas de posguerra. | L.N.C.
Grupo folclórico de La Sobarriba triunfador en Madrid en los años 40 y volvieron con 500 pesetas de posguerra. | L.N.C.
"¡El himno! ¡En pie todos, que vamos a cantar el himno nacional!". Lo decía un tipo grandón, casi alemán, de aquellos que habían estado comiendo en la mesa del fondo del chigre, después de la pendonada. El patrón se dirigió con toda urgencia hacia el grupo para interponer sus cuitas: ¡Oigan, no!, ¡aquí política no, oigan!

- ¡Usted tranquilo paisano, atienda y escuche, que éste tiene letra!- asentó el que había tomado mando de la coral amateur, en plena etapa 'patriótica' de consumos báquicos, mientras, en esa su función, comenzó a mover los brazos y dirigir las voces: "Botones de arriba abajo/ botones de abajo arriba/ bien se conoce galán/ que eres de La Sobarriba…".

Sanjo y Gelo, los de La Braña, le dedicaron en Radio León (03/04/2017) uno de sus espacios 'Por el aire van' a los 'Botones de la Sobarriba', como "uno de los temas más emblemáticos y representativos" de la comarca. En dicho espacio recordaron esa tierra como parte de su primera época de recogida de canciones, de pendones, molineros y forzudos luchadores… y el tema en cuestión como pieza de ritmo binario utilizada para pasacalles, rondas… en cuya interpretación suele haber recurso de dulzainas a dúo. Habíamos dicho algo que es lugar común con respecto a la comarca de La Sobarriba: su carácter de "reservorio de tradiciones". Extraña de alguna manera que, no estando apartados de la ciudad capital de la provincia sean estos lugares recóndita panera o fuente de la que han sabido nutrirse quienes tenían hambre o sed de esta cultura, que es del pueblo, o como a ello se le llamó, 'folklore'. De esa cultura forman parte músicos populares/tradicionales rurales, que, como tipificara Héctor-Luis Suárez, son "músicos prácticos (por oposición a los teóricos), herederos, conservadores y transmisores de conocimientos de interés local, comarcal o de clan. Eslabón de conocimientos". Con ellos, los temas populares, que no cobran royalties de autoría, y otros intérpretes del patrimonio: cantores y contadores, danzantes, protagonistas de historias legendarias… 'Cuasi' legendaria la participación de aquellos sobarribanos en certamen celebrado en la Madrid de los años cuarenta. En el grupo están identificados Florentina (con la pandereta, que las hubo buenas en estos lugares), Justa, Fonso, Lupe, Emiliano y Micaela, todos de Santovenia; se duda de la identidad de el del tambor (que era de Villaseca) y el de la dulzaina (que era de Paradilla). A Fonso (en el centro) se le salió una zapatilla bailando y, sin perder el ritmo, se la volvió a poner. Bailaron y cantaron, entre otras, cosas del país como la que dice: "Me llamaste pera podre/ y yo a ti manzana podrida/ la pera podre se come/ y la manzana se tira…". Se proclamaron vencedores y volvieron con quinientas pesetas, de posguerra.

El Tío Félix aprendió a tocar mientras era pastor con un cuerno de cabra al que hizo unos agujeros A la vivencia de lo popular le puede suceder, tras el abandono, recuperación, ya como elemento tradicional. Es esta cuestión que implica a caballería de rocín y de jumento también. Fondos musicales de las "misiones" de los años cuarenta atesorados en cajas de la Institución Milà i Fontanals (hoy en el CSIC), de la Fundación Joaquín Díaz… Entre los 'sones de la tierra' hay veta grande. Y así siguen sonando, en los más variados escenarios, la 'Ronda de La Sobarriba', los Titos (corbillos tiene denominación de origen), 'La Diana', las Jotas… e incluso un 'Dainos' de la 'Buena Muerte' recuperado por el Silencio para la Semana Santa leonesa, procedente de Villavente; o el 'Miserere' del Oficio de Tinieblas del Desenclavo, que se aprendió en Tendal.

De benditos ha sido la preocupación por recopilar y no dejar en el olvido estas genuinas manifestaciones, entre otros, la Asociación Etnográfica Lleunesa (la que en 1992 recopiló el Vol. 1 de Música Tradicional de La Sobarriba y dejó en el arca trabajo sobre indumentaria de la comarca), 'Tornadera', 'La Braña', 'Son del Cordel', con raíces en la propia zona, que continúa rescatando pequeñas grandes obras de este acervo, la labor de don Felipe Magdaleno y su Coral Isidoriana u otros, como más recientemente el dúo Tarna, también con sangre sobarribana en Diego Gutiérrez, a quien se debe una excepcional e íntima versión instrumental para guitarra (tema quinto de su disco 'El hombre que tenía una vaca') de la canción más emblemática de la Tierra.

Por años sonaron sus notas en el mediodía de la Acera de Botines, salón abierto de los pasos perdidos capitalinos, marcando el paso de la jornada a toda la ciudad el carillón del “Monte de Piedad”. Y hace tan sólo unos días, el concierto final en el más prestigioso campus de cuerda infantil del mundo, con participantes llegados de toda Europa, el San Simón Fiddle-Galicia Fiddle, se animaba con esas mismas notas de este auténtico 'himno' de los de la antigua Hermandad, y de algo más, como cuando los Pendones del Reino de León entran en los Reales Alcázares de Sevilla con esa marcha que los del sur creen tan marcial, épica, o en los tradicionales Montaña/Ribera de la Lucha leonesa la afición de los de la vía arriba ganan mitad de corro entonando con ganas el 'Viva la Montaña…' y los de la vía abajo no tienen un referente único, pero ese papel lo ejercen “los Botones” de La Soba. Hace unos años, en torneo internacional de Strumpa que se celebraba en la isla de Cerdeña, los escoceses llevaban, con su kilt tan vistoso, a gaitero que, cuando uno de los suyos vencía, interpretaba unas notas patrióticas. Con los leoneses estaban Tolo y su dulzaina. Si ganaba 'El Divino', '… viva el pueblo montañés...', si lo hacía 'El Junco' "… que eres de La Sobarriba…", pero enteras, como las sus caídas dadas.

No existe certeza sobre la autoría original, aun cuando se cree que cierta responsabilidad les correspondió a Félix y Macario, dulzaina y caja-tambor de la Tierra. Miguel Manzano recogió en su Cancionero Leonés, dentro de los temas catalogados como 'Varias tonadas', el que calificaba como potpurri –oído en la zona de Mansilla de las Mulas– "evidente y forzado, echando a perder algunas tonadas que, de una en una, podrían haber superado una prueba de calidad". A su juicio, las dos estrofas con que se suele finalizar este canto ("Entre los ajos/ entre los puerros…") son un añadido que rompe y merma las cualidades de las que les anteceden.

Tiófilo tocaba a mano izquierda, era también chovo de pensar pero se rindió a la Virgen por un 'trato' con Ella De la dulzaina, gaita, pipa o zuzaina en La Soba dice Tolo (y toda la razón tiene) que no hay razón para "luchar" contra otros territorios: es tan leonesa como catalana, valenciana, navarra o castellana, y comparte espacio en nuestra tierra con otros instrumentos, tan nuestros como ella. Del Tío Félix, Martínez Torices, cuenta Antolín Cardeñoso, Tolo, que nació en 1905 en Navafría de la Sobarriba y falleció el 12 del 11 de 1981, que "tocaba la dulzaina desde los 17 años, autodidacta, aprendió mientras ejercía de pastor, según relataba, con un cuerno de cabra al que le practicó unos agujeros y añadió una boquilla. Tocó durante muchos años con el gran Víctor de la Riba y acompañando los gigantes y cabezudos de León". Su nieto Gelín siguió pasos del histórico dulzainero, como los han seguido, afortunadamente, otros, que eso también es “adeene” de lo popular/tradicional.

Dulzaineros, y solidarios redoblantes de La Sobarriba lo fueron Solutor Álvarez, el de Roderos, en el ‘Tenor Abajo’ (de él, partituras anotadas en el Fondo de Música Tradicional Milà i Fontanals para la 'Pájara pinta', 'Si quieres que te enrame la puerta') y, en el de Arriba, varios de uno de los pueblos con más carácter en la 'Costa del Adobe', donde se guardan coplas guapas como ninguna y la que se reivindica como genuina estrofa del estribillo de los 'Botones': nada de eso de «"…que eres de Trobajo Abajo" sino "Bien se conoce galán/ que tienes manos de trabajo". Es Solanilla. Cruz Fidalgo, Dacio Llamazares, el Tío Damián Sancho, Benjamín Viejo, padre de Cruz, quien se aficionó más a la percusión, y en ello es grande con los 'Tolinches', pero, que guarda como más preciada herencia zuzaina de los suyos. La verdad es que ella tiene su historia propia. Cruz cuenta que la perdieron cuando él tenía diez años, que en casa se la vendieron a un pastor de Villavente, que no le dio muy buena vida. De él pasó a otro gran dulzainero del Torío, Maturino, el de San Feliz, y, hace no mucho, la pudo recuperar y completar restauración. Es una auténtica joya: "tiene que tener más de cien años, porque mi padre nació en el catorce y ya la había tocado antes mi abuelo". Ébano y plata, de solo dos llaves, con marca de 'E' (Eusebio) Ontoria, 'el Pinchapeces' de Valladolid, hijo y sucesor del mítico Bruno Ontoria.

Y han sido más: Floro el de Paradilla con su caja, de Corbillos Miguel Gutiérrez, de Arcahueja Nicolás y Macario Martínez (¿el compañero de Félix?), y de Villaseca Teófilo García Cartujo (dulzaina) y Cremencio García Fernández (tambor), nacido en 1.907. Cuenta también el nuestro buen Antolín (quien ha aportado la fotografía del dúo) que «desde Villaseca, iban a tocar en bici hasta Tolibia de Arriba». Comentábamos esa fotografía y no había recalado el Maestro Tolo en que era 'de zurdo'. "Desapareció", la vendió alguien de la familia... y no sé sabe dónde fue a parar esa singular pipa del Tío Tiófilo (quien llegó a Villaseca con la gaita y poco más y "se hizo un buen capital"); había tenido juventud arriesgada y era, como la su dulzaina, de "a mano izquierda", uno de los pocos del pueblo, cuando no estaba precisamente de moda ser chovo de pensar y sentir. Pero, acabó rendido a la Virgen del Camino, por una cosa que tuvo Ella que le salvó en un trance mortal… Por los ochenta años andaba cuando, caminando hasta su Santuario, cada sábado cumplía su particular Voto con la Reina de León. Cosas de esta gente y esta Tierra sobre los ríos.
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