Los árboles muertos de las autovías

Félix Población
14/05/2023
 Actualizado a 14/05/2023
Durante mi último viaje por las autovías del noroeste de España, he podido advertir en varios tramos del recorrido los trabajos de reparación que se efectúan a determinadas horas, los días laborales, cuando el tránsito rodado es menor y son menores, por lo tanto, los trastornos que se pueden originar a los usuarios.

Aparte de las labores propias del asfaltado, los operarios verifican también otras relacionadas con la vegetación de las medianas y la limpieza de las cunetas. Es algo esto último sobre lo que apenas reparamos, más preocupados de que lo que se renueve o repare sea el firme sobre el que circulan nuestros vehículos para así llegar antes y mejor a nuestros destinos.

También para dar sombra a nuestros coches y a quienes los conducimos, solemos buscar en los cada vez más cálidos meses de verano aquellas áreas de descanso que ofrecen al viajero mayor espacio forestal. Es algo que siempre se agradece cuando estamos cansados del viaje y preferimos abandonar por un rato el aire acondicionado del vehículo a fin de relajarnos un rato y beber o comer algo.

Debo hacer constar en este sentido que en zonas geográficas donde el sol calienta especialmente durante la canícula, e incluso en esta primavera seca y casi veraniega por la que pasamos, durante mi trayecto por las tres provincias de la región leonesa he podido observar en varios espacios de descanso el abandono en que se tienen decenas de árboles plantados no hace mucho, sin que probablemente nunca se les haya dedicado el mínimo riego para mantenerlos vivos.

Plantados con el dinero de los contribuyentes, duele tanto verlos morirse, resistiéndose a ello en algún caso con las pocas lluvias, como la indiferencia o negligencia de quienes invierten nuestros impuestos en un proyecto condenado al olvido desde el mismo momento del arraigo de los árboles en la tierra.

Lo necesario y aconsejable no sólo sería cuidarlos, como el resto de las pertenencias de la red de autovías, sino dedicar más superficie forestal en las áreas de descanso y con mejor provecho en su desarrollo ante los riesgos del cambio climático.
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