Los amigos

Mi amigo Manuel siempre me dice que a ver cuando le dedico una columna. Puede que hoy sea el día, pero te tocará compartirlo con algunos más. ¡Seguro que me lo perdonas! Hoy me apetece hablar de mis amigos. Que no son demasiados, la verdad, pero son los que simple y llanamente quiero que estén. Podría apelar a los tópicos de que la vida es como un autobús: unos empiezan el viaje contigo, otros se suben a la mitad del camino y otros se bajan cuando les parece. Me siento afortunada al pensar quelas personas que ahora comparten mi viaje son todas las que necesito, y las que no siguen es porque en algún momento no me aportaron nada más, o yo a ellos, pero todos tan contentos. Cuento esto porque en estas fechas, aparte de que me pongo un poco ñoña, son los típicos días que aprovechas a tope para disfrutarlo con los tuyos. Para juntarnos todos después de mucho tiempo sin habernos visto, para contar anécdotas de hace años, para brindar por todas las cosas buenas que nos van pasando y por todo eso que nos queda por vivir. Creo que mis amigos son una de las cosas más bonitas que tengo, y los que tengan la suerte de tener amigos de calidad sabrán de lo que hablo. Por eso y porque quizá lo digo menos de lo que querría, gracias a todos los que estáis. A las que yo llamo ‘las de toda la vida’: las Anas, Elena, Leti, Nuria, Marta y Sara. Porque siempre estáis al pie del cañón y sois irremplazables. A Susana, porque aunque llegó más tarde la siento como una hermana. A Diego y Jonatan, porque Madrid no consiguió separarnos. A Ana, porque las amistades de verano se convierten en las de todo el año, muchos años de hecho. A Ale, porque aunque esté literalmente en la China, cuando nos juntamos es como si nos hubiéramos visto ayer, y a algunas personitas más que me hacen los días más fáciles. A todos gracias. Gracias por seguir aquí en la era del Whatsapp, de las redes sociales y de todas esas cosas que nos alejan y convierten las relaciones en algo más impersonal. Gracias por las risas, los abrazos, las palabras bonitas y las miradas. ¡Feliz todo a todos!