Lolo se queda en Armunia

Moñi, la compañera de Lolo en la realización de murales durante muchos años, ya ha acabado el mural que las alumnas de yoga de Lolo en la Casa de Cultura de Armunia le pidieron como recuerdo permanente del dibujante. La obra ya luce en uno de los lugares que Lolo más trabajó y quiso

Fulgencio Fernández
15/01/2023
 Actualizado a 15/01/2023
Moñi, de espaldas, dando las últimas pinceladas al mural que en memoria de Lolo quedará para siempre en la Casa de Cultura de Armunia.
Moñi, de espaldas, dando las últimas pinceladas al mural que en memoria de Lolo quedará para siempre en la Casa de Cultura de Armunia.
Uno de los lugares de referencia del fallecido Lolo era, sin duda, la Casa de Cultura de Armunia, donde tenía mucho más que un trabajo, se había identificado con este barrio —que con su afición a los juegos de palabras llamaba Armenia Herzegovina— y, especialmente, con el grupo de ‘mujerinas’ a las que daba clase de yoga, y para las que fue un palo tremendo su fallecimiento.

Las yoguis, así las llamaba Lolo,le conocían bien y sabían que a él no le haría ilusión un ramo de flores por ello, en el mismo tanatorio, le encargaron a Moñi que «le hiciera un mural en la sala donde les daba las clases de yoga». La que durante tantos años acompañó a Lolo haciendo los murales aceptó encantada pero con una condición: «Yo no cobro, no puedo quiero hacerlo, pero vosotras me ayudáis». Y, dice, «la verdad es que lo intentaron con la mejor intención».

El mural está basado en una fotografía de Peio que a él le gustaba mucho; y el fondo es el número de TeslaPara el mural Moñi eligió una fotografía que sabía que a Lolo le gustaba mucho, la tuvo mucho tiempo en la foto de su perfil. «Se la había hecho Peio delante de la iglesia de Renueva, con las alas. Le pedí permiso a Peio, que me lo dio encantado, y me basé en ella, cambiando la iglesia por el hexágono con el número de Tesla (3-6-9), que se lo había hecho en cristal porque me lo pidió».

Sobre este trabajo especial Moñi dice que «ha resultado muy reconfortante para mí ha sido como si me regalasen un tiempín más a su lado, trabajando con él, estando con él».
Y las yoguis encantadas con tenerlo allí para siempre, en su ‘casa’.
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