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Locomotoras de la economía

23/06/2016
 Actualizado a 15/09/2019
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Las economías provinciales necesitan sectores económicos que actúen como locomotoras del empleo y la contratación. Concentrar los esfuerzos en mantener y acrecentar esos sectores garantiza el mantenimiento de la actividad económica y su alza.

Por ejemplo, un sector locomotora en Valladolid es el del automóvil. Se basa en tres empresas que actúan como cabezas tractoras: Renault, Michelín e Iveco. Cuentan respectivamente con 6.000, 1.800 y 1.000 trabajadores directos respectivamente, lo que suma casi 9.000 empleos. El sector del automóvil se caracteriza por generar unos 3 empleos indirectos por cada uno directo y por ubicar a sus proveedores al pie de las fábricas. Por esa razón no es raro pensar en que unas 36.000 personas trabajan en el sector del automóvil en Valladolid, entre grandes integradores y parques de proveedores. La otra locomotora en esa provincia es la administración pública. Según el Boletín de Personal al Servicio de las Administraciones Públicas del ministerio del ramo, en Valladolid hay 36.000 empleados directos, que a su vez generan empleo indirecto a razón, como mínimo, de 1.5 a 1. Por esta razón podemos pensar que en esa provincia hay 90.000 personas que dependen de la administración pública y otras 36.000 del automóvil, que suman 126.000 aproximadamente. Como Valladolid cuenta con 200.000 cotizantes a la Seguridad Social, los sectores tractores suponen mucho más de la mitad de la economía provincial. Por esa causa el compromiso de la Junta en términos de subvenciones, empresas públicas, fundaciones, etc con esos sectores enorme.

En el caso de León, los sectores locomotora son más débiles. El dedicado a la minería/energía, que era el principal, ha sido liquidado en gran parte sin alternativas. Sólo las centrales térmicas permanecerán activas si el compromiso público y las decisiones políticas no lo impiden. Menos de 1.000 cotizantes al régimen especial de la minería y un descenso del empleo drástico en Compostilla, Anllares y La Robla dejan al sector herido de muerte. Eso por no hablar del impacto el empleo indirecto en transporte, movimientos de tierras, ingeniería, maquinaria industrial, etc. Se puede estimar la pérdida de entre 20.000 y 30.000 empleos en los últimos 10 años. El compromiso de la Junta con este sector es reducido. El sector público también pierde peso: menos de 29.000 empleos y en descenso. Los sectores emergentes como el alimentario, el logístico, el eólico y el fármaco-químico no tienen el volumen ni el apoyo público necesario para compensarlo. Eso explica la pérdida de 6.000 habitantes en León en el último año.
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