04/11/2022
 Actualizado a 04/11/2022
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Probablemente tú ni siquiera lo recuerdes, hace ya más de 7 años de aquello y te han pasado tantas cosas desde entonces que seguramente en tu mente no se haya guardado ni en la categoría de anécdota. Pero sí es verdad que en aquel momento te afectó, de hecho, si te acuerdas, llegaste a salir diciendo un par de años después que aquello había sido culpa de la prensa.

Un par de años, sí. Porque aquí en León empezó la incomprensible tradición de pitarte en cada campo de España que visitabas representando al equipo nacional. Jamás he entendido lo de criticar a un jugador del equipo al que animas al menos durante los 90 minutos que dura el partido, menos aún si más allá de cualquier idea y de lo que pueda pensar fuera del campo, dentro ha demostrado ser uno de los mejores del mundo. Y tú lo fuiste.

Aquello no fue otra cosa que la inevitable colonización del ‘barçadridismo’ de todo el deporte. Imposible escapar de sus garras. Con tu ironía habitual le dedicaste un título al rival y eso te pasó factura. Luego la crítica ya llegaba por cualquier cosa, hasta te dijeron que te habías cortado las mangas de la camiseta para no lucir la bandera de España e incluso que sacaste el dedito durante el himno. Una locura.

Hoy anuncias que te retiras, que lo dejas, que ya valió. Te han acabado pitando hasta los tuyos. Un sin sentido. Honestamente, habiendo sido siempre defensor tuyo, la deriva del último año a todos los niveles ha sido difícilmente comprensible, pero eso no va a borrar una carrera como pocas. A ti seguramente te dé igual, pero yo fui uno de los que aquel día en el Reino de León pasó vergüenza con mis paisanos viendo lo que te tocó vivir y por ello te pido perdón, Geri. A los que nos gusta el fútbol nos has dado unas cuantas alegrías y eso no se nos va a olvidar.
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