Lo que tiene que pasar, ya pasó

21/01/2021
 Actualizado a 21/01/2021
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«Aquí, viendo la vida pasar que lo que tiene que pasar, ya pasó; al menos para mí». La frase, reflexión sobre su vida, de la buena mujer es un retrato de la situación y de la aceptación de la misma. Después de haberlo visto y vivido casi todo no acaba de entender lo que ahora ocurre, las mascarillas, las imágenes, los aplausos, los reproches...

Después de crecer escuchando hablar de aquella peste que llamaron gripe y española no creyó que volvería a escuchar algo parecido, pero ocurrió.

Y no es que no le haya tocado vivir y aguantar lo que hoy resulta muy difícil de entender. Es de la generación de los que empezaron a trabajar antes de acabar los años de escuela porque hacía falta en casa, de los que supieron de los rigores de esa necesidad que se acercaba mucho al hambre, de las que educaron en la sumisión obligada...

Y a mayores, siendo casi una niña, le tocó abandonar su casa sin mayor explicación, cargar la vida en un carro y en los hacinados vagones de un tren e irse a tierras desconocidas rodeada de las lágrimas tristes de todos los desterrados y no escuchados.

Tuvo que empezar de cero, ni casas había en su nuevo pueblo, tuvo que reconstruir la vida, cerrar las heridas, arar las tierras, criar los hijos y esperar las noticias de quienes había dejado en las tierras que ella tuvo que abandonar.

Salió adelante, llegó a buen puerto, lleva en la memoria a los que se han quedado en el camino y mira feliz para los que vienen detrás, para esos nietos que ya disfrutan de lo que ella sembró.

Y se sienta. Abraza su cacha, sus manos delatan el trabajo, y susurra: «Aquí, viendo la vida pasar...».
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