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Lo que el viento se llevó

27/08/2015
 Actualizado a 16/09/2019
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No, no fue el estreno esperado de la Cultural más allá de la valía del punto obtenido y de la seguridad que otorga tener en la plantilla a uno de los mejores “1” y al goleador más cualificado de la pasada temporada. No es una mala carta de presentación. El equipo de Juan Ferrando fue una sombra de lo que quiere su técnico, pero haciendo un análisis más profundo tener grandes esperanzas a estas alturas no tenía razón de ser. Las pretemporadas, para lo bueno y lo malo, solo sirven para ver la idea general y los destellos en particular. Menos aún si los rivales son de inferior categoría. La Cultural iba a ciegas a la primera jornada de liga. En su alineación titular había cinco caras nuevas, que serán siete cuando Cristóbal aterrice, Babalola pueda estar una semana entera en León y el mercado baje el telón. Una cifra lo suficientemente importante como para darle a este equipo un margen prudencial para su crecimiento. Y, por último, es ya tradición que los campos de hierba sintética se le atraganten. No le den más vueltas. Es así y punto. Si le añadimos al cocktail un viento insoportable, tenemos la mezcla perfecta para, en parte, explicar el desaguisado futbolístico. Eso y que enfrente hubo un sensacional rival lleno de talentosos jugadores al que intentará emular el cuadro del joven y altamente preparado Ferrando. Su modelo es intocable. Es un acérrimo defensor del juego de toque y posesión. Tan atractivo como arriesgado. Solo por ello ya merece la pena acudir al estreno en el Reino de León donde podremos sacar conclusiones más cercanas a la realidad. De momento el viento de Zorrilla se llevó las expectativas de grandeza que sobre la Cultural se proyectaban. La etiqueta de favorito que se la pongan otros, que para eso se han gastado lo que se han gastado. Nuestra liga es otra y se llama Aspire.
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