28/03/2018
 Actualizado a 13/09/2019
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Nos vamos a ir de vacaciones durante estos días y lo normal es que se cuente todo en las redes sociales. Con detalles de cada restaurante, playa o monumento que se visita no sea que quede alguno sin fotografiar. Aunque lo más normal es quedarse en León, como miles de leoneses, y fotografiar cada momento que se vive con pasión y recogimiento esta Semana Santa que cada vez es más altruista y desinteresada. Y que desprende fe, mucha fe. Lo normal es que se respete a todos y cada uno de los papones, que para eso llevan cientos de años mostrando a todo el mundo su austera religiosidad. Por eso también lo normal es que se llenen las iglesias los domingos por la mañana más si cabe que los bares los sábados por la noche. Y todos tomando limonadas, porque lo normal en estas fechas es que degustemos algo tan típico que este año es más barato por eso de la capitalidad gastronómica, que hay que atraer a más y más gente. Lo normal es que vengan de todos los puntos de España, ya que solo aquí tenemos una Semana Santa tradicional aunque lo más normal sea quejarse de algo tan vulgar como Genarín, al que nadie conoce de la calle la Sal hacia abajo. Por eso lo normal es que si tiene que haber más universidad es que sea católica, apostólica y romana. Y privada, para más inri cristiano. Lo normal es que se aprovechen las vacaciones para procesionar, porque lo de estudiar ya lo arreglaremos con el método Cifuentes, que ya ha logrado normalizar lo de comparecer en un plasma. Lo normal es así.
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