Lo maravilloso de poder estar en Babia

La comarca destaca por la belleza de sus verdes pastos y sus escarpadas peñas calizas

L.N.C.
08/05/2020
 Actualizado a 08/05/2020
Mapa de la comarca. | L.N.C.
Mapa de la comarca. | L.N.C.
Cuatro Valles les invita a descubrir sus comarcas, territorios con una gran riqueza patrimonial, natural y cultural, y en las que su mayor valor son las personas que las habitan. Estar en babia (con minúscula), es estar ido; y aunque el origen de esta expresión más habría que buscarlo en una balbuceante onomatopeya, muchas son las veces que se ha establecido la inverosímil relación entre esta locución y el topónimo de la comarca babiana. Sea cierto o no, lo que es indiscutible es la belleza de los pastos siempre verdes y de las escarpadas peñas calizas que forman los paisajes montaraces de esta tierra ganadera, declarada Espacio Natural Protegido de Castilla y León y Reserva de la Biosfera por la Unesco, que invitan a la contemplación serena, al acercamiento a la naturaleza y a, simplemente, estar en Babia (con mayúscula).

Históricamente, Babia agrupa a dos concejos que han devenido en municipios, el de Babia de Yuso, o Babia de Abajo, con capital en San Emiliano y el de Babia de Suso, o de Arriba, cuya cabecera corresponde a Cabrillanes.

Las dos Babias limitan por el norte con los concejos asturianos de Somiedo, Teverga y Quirós. Normalmente es el cordal Cantábrico el que establece este límite en ocasiones difuso. Tradicionalmente la comunicación con Asturias se ha realizado a través de los puertos de Somiedo, Ventana, y también a través del puerto de la Mesa y del Alto de la Cubilla.

La Sierra de los Grajos constituye la barrera geográfica que separa Babia y Luna, pero la delimitación administrativa e histórica entre ambos concejos es la ermita de Pruneda, de la misma forma que el límite con Laciana lo define otra ermita, la de Carrasconte, al lado de la cual se yergue la 'Piedra Furada', un megalito prehistórico que ya en 1270, cuando Alfonso X el Sabio otorgó a Laciana su carta puebla, sirvió de linde entre ambos concejos.

En Babia nacen dos de los grandes ríos leoneses, el Sil que vierte sus aguas a la cuenca del Miño y el Luna, que lo hace a la del Duero. Al sur de la comarca, la máxima altitud está en los 2.154 metros del Alto de la Cañada, de naturaleza silícea.

Por carretera Babia y Laciana están unidos por el puente de las Palomas, que salva los 82 metros de desnivel de la entalladura del río Sil. Hacia el sur, el Alto de la Cañada, separa Babia de Murias de Paredes, la Omaña alta. En Babia el movimiento de ganado a los pastos frescos de altura durante el verano se remonta, muy probablemente, a tiempos prehistóricos, pero alcanza su máximo desarrollo a partir del siglo XIII con la creación del 'Honrado Concejo de la Mesta'. Desde este momento la actividad trashumante quedará perfectamente regulada y vinculada al comercio internacional, en el que la lana de las merinas españolas será un importante referente hasta el siglo XVIII, 500 años después. Hoy quedan muy pocos pastores que sigan moviendo sus rebaños de los pastos de altura babianos a los invernales extremeños, pero el bagaje cultural de toda la comarca estará para siempre vinculado a esta forma de vida en constante movimiento, una gesta bucólica que duró siglos y que, en nuestros días, toca a su fin.

Cabe destacar que un tipo especial de trashumancia es la que realizaban los llamados vaqueiros de alzada. En invierno se trasladaban con sus ganados, familia y enseres desde algunos puntos concretos de Babia y de otros concejos limítrofes hasta la costa asturiana. Torrestío, junto a la Cueta en Babia y Lumajo en Laciana, son los pueblos de mayor tradición vaqueira en toda la provincia de León.

Los tiempos de la trashumancia fueron tiempos de esplendor económico en Babia, de familias de alcurnia y de casas solariegas que lucen aún las armas de sus antiguos señores. Ejemplos de ello son las casonas de Torre de Babia, Piedrafita, Robledo, Vega de Viejos, Villasecino y Riolago. Pero casonas y palacios no son el único patrimonio artístico que guardan los pueblos de Babia. Iglesias y ermitas merecen una especial alusión ya que concentran el fervor religioso de los babianos, que se manifiesta cada año en romerías y fiestas. Existen en Babia diferentes Puntos de Interés Cultural y Natural y también Ornitológico y Geológico que Cuatro Valles ha señalizado con unas mesas de interpretación colocadas estratégicamente en los más destacados: el puente de las Palomas, la laguna de Lago de Babia, el santuario de Carrasconte (entre Babia y Laciana), el conjunto rural de Riolago de Babia, la iglesia de Candemuela, la ermita de Pruneda, los hórreos de Torrestío, el pinar de Piedrafita de Babia, la laguna de las Verdes y el pico Montigüero, el lago de Riolago y Alto de la Cañada, el puerto de Ventana, la alta montaña de Ubiña y las huellas del glaciar de Torre de Babia.

Otros recursos que merecen mención especial son: La escuela de escalada Cuatro Valles; Babia presenta unas características privilegiadas para la práctica de la escalada deportiva, buenas paredes calizas e impresionantes paisajes y por ello se han equipado 25 vías en dos sectores de la zona denominada 'Villafeliz'. La casa del parque de Babia y Luna ubicada en el palacio de los Quiñones en Riolago de Babia, que presenta al visitante los valores de este espacio natural protegido y el museo etnográfico y de la trashumancia de Torre de Babia, localizado en una casa tradicional babiana y que alberga numerosas piezas que reflejan la forma de vida local durante el pasado siglo XX y en especial los aperos, indumentaria y utensilios relacionados con la trashumancia, una forma de ganadería itinerante que tuvo en Babia un especial significado, ya que allí se encontraban muchos de los puertos donde los rebaños de merinas pasaban el verano, y muchos babianos ejercieron en oficio de pastor.

En Babia encontrarás variedad de alojamientos donde pernoctar y restaurantes donde degustar su rica gastronomía de montaña para completar una visita que, sin duda, merece la pena programar.
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