LNC Cofrade: Indulto

La Cofradía del Perdón trata de conseguir cada año una segunda oportunidad para reclusos

Xuasús González
18/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
El abad del Perdón acompaña al recluso hacia la catedral. | MAURICIO PEÑA
El abad del Perdón acompaña al recluso hacia la catedral. | MAURICIO PEÑA
Con las palabras «Un Martes Santo más, esta sencilla Cofradía Santo Cristo del Perdón peregrina penitencialmente hacia esta plaza de Nuestra Señora de Regla (…)» comienza, en boca de su abad y ante el ‘Locus Apellationis’ de la catedral, uno de los momentos más esperados de toda la Semana Santa: la liberación de un recluso.

Es en septiembre u octubre cuando la Cofradía del Perdón se pone en contacto con el centro penitenciario de Mansilla de las Mulas, para que su junta de tratamiento –un equipo multidisciplinar que se encarga de realizar los programas a seguir por los internos, buscando su reinserción social–, proponga a tres candidatos con posibilidades de ser indultados. Y, atendiendo a su propuesta, la cofradía, tras hablar con los interesados y que estos muestren su conformidad, presenta las solicitudes de indulto –acompañadas de distintos informes– ante el Ministerio de Justicia, que recabará cuantas referencias considere pertinentes: del órgano juzgador, del fiscal…

Una vez completos los expedientes, quedan listos para su resolución. Y, ya de cara a Semana Santa –generalmente el Viernes de Dolores–, tras reunirse el Consejo de Ministros, se da a conocer qué indultos de los solicitados por cofradías –que son decenas– han sido concedidos, publicándose días más tarde en el BOE.

En caso de haberse logrado algún indulto, la cofradía acompañará y atenderá al interno en lo que necesite –alojamiento, comida…– desde su excarcelación hasta que finalice la procesión del Martes Santo, en la que protagonizará el momento central, ataviado con túnica y capillo, como un hermano más –la cofradía habrá ido a buscarle al Seminario Mayor–, procesionando después delante del Cristo del Perdón. Y aún mantendrá contacto con él, por norma general, con el paso de los años.

Pero no siempre se obtiene el indulto; sin ir más lejos, este mismo año no se consiguió. Así, en caso de que el Consejo de Ministros no lo conceda –parece que cada vez es más difícil–, la Cofradía del Perdón, cuyo objetivo es que algún interno pueda tener una segunda oportunidad, pone en marcha una alternativa: solicitar la libertad condicional, cuya tramitación es más rápida, y en la que es el juez de vigilancia penitenciaria quien resuelve. Y es esta una vía que la cofradía, independientemente de la del indulto, va a solicitar en el futuro desde el primer momento.
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