LNC Cofrade: Este año, sí

Después de dos años sin procesiones, la Semana Santa volvió a las calles

Xuasús González
23/04/2022
 Actualizado a 23/04/2022
El Encuentro del Viernes Santo estrenó puesta en escena. | MAURICIO PEÑA
El Encuentro del Viernes Santo estrenó puesta en escena. | MAURICIO PEÑA
Cuando el 8 de abril, pasados unos minutos de las ocho de la tarde, la Virgen del Mercado atravesaba el dintel de la puerta de su templo, un paso salía por fin a la calle en Semana Santa después de dos años sin hacerlo debido a la covid-19. Y, pese al cierto escepticismo previo, su desarrollo –en general, con una buena participación dentro y fuera de los cortejos– podemos decir que fue, grosso modo, similar –salvo por las mascarillas y poco más– al de un año prepandemia.

Había ganas de Semana Santa. Y hasta pudimos ver al obispo –muy presente, como el alcalde, en las procesiones– pujar la Virgen del Mercado y la Soledad de Angustias. Aunque, es cierto, se vivieron situaciones –no todas debidas a la coyuntura sociosanitaria– que no fueron las deseadas: las mujeres que acompañaban a la Virgen del Mercado detrás del coche de policía que cerraba el cortejo, el Santo Entierro acortando su recorrido o el San Juan de Jesús Divino Obrero retirándose el Sábado Santo de la procesión al poco de salir.

Acompañó el tiempo –solo el Lunes obligó la lluvia a suspender los cortejos– en un año en el que en los itinerarios estuvieron muy condicionados por las obras –especialmente en La Rúa–, y en el que se contaban importantes novedades, entre otras, nuevos pasos –las Negaciones de Pedro, del Gran Poder; la Virgen del Camino, Esperanza nuestra, de María del Dulce Nombre; la Crucifixión, de Jesús; la Primera Palabra; la Consolación de María, de Angustias–; la peana corpórea de Jesús de la Misericordia, de la Redención; estrenos y modificaciones de tronos –el del Cristo de la Bienaventuranza; el del Cristo del Desenclavo, de Minerva; o tres del Gran Poder–, la recuperación del antiguo del Nazareno para la Virgen del Mercado, o la del procesionado por la Expiración en sus inicios –sin tentemozos–; el manto y la saya de la Soledad de Angustias; el bordado del manto de la Virgen del Pozo del Gran Poder; la saya de la Soledad de Jesús Divino Obrero; el sillón del Cautivo y la corona de la Esperanza –que salió sin palio–, ambos de Jesús Sacramentado; las columnas de la Expulsión del Templo, del Gran Poder; los Galileos, de Santa Marta; el estreno de la banda del Carmen de San Martín –y la ausencia de la desaparecida La Cena–… Y la nueva puesta en escena el Viernes Santo del Encuentro de San Juan con la Dolorosa, sin el resto de pasos en la plaza Mayor.



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