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Llévalo más tiempo

09/05/2021
 Actualizado a 09/05/2021
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La última campaña de Levi’s lleva por lema ‘Buy Better, Wear Longer’. Ellos lo traducen como ‘Comprar mejor, llevarlo más tiempo’ evitando el tono imperativo que a mí me pareció entender nada más leerlo y convirtiéndolo más en principio que en mandamiento. Pero la duda se cierne de nuevo sobre la empresa cuando se abre la página donde dicen mesiánicamente ‘Tenemos como misión cambiar la industria de la moda. Para mejor’.

La finalidad de cualquier compañía es ganar viruta, pero las estrategias para ello pueden ser opacas y guadianescas. Algunas empresas llegan a adoptar como lema publicitario un mensaje que aparentemente promueve dinámicas en contra de sus intereses, como es en este caso reducir el hiperconsumo. O sea, comprar menos, y para eso comprar mejor diseñado, más cómodo y más duradero. Lo que viene siendo cambiar el impulso de comprar cuatro mierdas de H&M por el de comprar una no tan mierda de la marca de San Francisco.

Pero al César lo que es del César: el planeta agradecería que hiciésemos caso de la campaña. En los últimos lustros se ha duplicado el consumo de ropa por un abaratamiento brutal de esta, llegando cada individuo a generar trece kilos de desecho textil al año en España. Muy mal procesado el grueso de aquel, cuando la mayoría de lo que no queremos podría tener una segunda vida, replanteándonos su salida del armario para volver a usarlo tal cual o darle nuevos aires gracias a los servicios de alguna modista/o. Si insistimos en que desaparezca de casa, hay decenas de contenedores negros por todo León, gestionados por Cáritas y Asprona por concesión del Ayuntamiento, donde ecológicamente separan lo inservible de lo bueno. Con esto último abastecen el Ropero Diocesano de Jose María Fernández, que hace tan buena labor que un amigo mío de gusto exquisito que acude allí a por ropa porque no le llega ni para la fast fashion puede calzarse unos zapatos Sebago como si fuese un velerista de San Xenxo.

Algunos abuelos cebolleta gozamos al decir que llevamos veinte años con una chupa o unos playeros, pero eso no está al alcance de cualquier plebeyo. Lo que sí puede estarlo es la satisfacción de definir la propia personalidad a través de la ropa (como se hacía superficialmente un par de décadas atrás) y aquella siempre es más fácil de identificar para el ojo ajeno si no varían su estética con tanta velocidad como obligan las temporadas otoño/invierno y primavera/verano. Nadie les pide que usen prendas viejas con olor a sobado, pero sí que no se cambien la chaqueta a diario.
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