"Llegué de visita hace 30 años y el alma de Montes me atrapó"

Hace aproximadamente 30 años llegó al Bierzo como un turista más, para visitar unazona de España que no conocía. «Recorriendo el Bierzo empecé a intuir algo, no sé lo qué era... hasta que llegué a Montes de Valdueza. Ahí fue el flechazo».

José Luis Álvarez Duque nació en Madrid, creció en Madrid y fue en la capital donde desarrolló su carrera profesional en el mundo del diseño gráfico. Pero su espíritu aventurero le llevaba, siempre que podía, a recorrer diferentes rincones.Tres décadas atrás le dio por acercarse a la comarca del Bierzo, recaló en el valle del Silencio y se encontró con el pequeño pueblo de Montes de Valdueza. Allí había un gran monasterio en ruina cubierto por la tierra.

«Era una época tan decadente pero viuna decadencia romántica. Todo estaba lleno de algo, de algo...».Algo que le cuesta definir, pero tenía alma y me atrapó. Sobre todo este paraje inconmensurable, porque cuando hablo de Montes no hablo sólo del pueblo, ni de la iglesia, ni del monasterio. Hablo de todo.Montes es todo para mí. A partir de ahí se me despertaron sensaciones que me llevaron a la madera, a trabajarla de una forma determinada. Aprendí mucho del castaño, de los bosques, hasta el punto que a día conozco su idioma, hablo mucho con ellos, en un sentido metafórico, no me vuelvo loco, pero en ese halo que tiene es donde consigo interiorizar, me equilibra», expresa con pasión el artista.

Así, cambió una ciudad de más de tres millones de habitantes en medio de España, por una aldea en la montaña berciana con unos pocos vecinos a la que venía cada vez más: fines de semana, puentes, vacaciones. Adquirió una pequeña casa que «fue un refugio durante mucho tiempo y ahora trato de habilitarla como un hogar». Mientras, una apuesta institucional iba destapando con proyectos arqueológicos los tesoros que la tierra y los años habían enterrado en el Monasterio de San Pedro de Montes.

La crisis, el año 2008, le hizo decidirse a apostar por Montes de Valdueza como un lugar en el que quedarse definitivamente. «Es entonces cuando me rehago, me enfoco más hacia la madera, la incorporo a mi trabajo. Y donde está la madera está la inspiración, y esoes aquí en Montes. Soy un autor intuitivo, no soy carpintero ni ebanista, no lo necesito paralo que hago y lo que quiero. Busco en el bosque mi materia prima, construyo a partir de formas naturales, mis viajes a bosque me surten de material, voy atento, escuchando y siempre encuentro».

Puede vivir de sus encargos. Muebles o figuras con alma del Valle del Silencio, pero también piezas no funcionales, hilando finamente esas disciplinas a veces más cercanas y otras más alejadas que son el arte, la artesanía y el oficio.
Desde esa posición propuso a la Concejalía de Cultura de Ponferrada y a la Fundación Hospital de la Reina, que gestiona ahora el monasterio de Montes de Valdueza, un serio proyecto de exposición artesana, implicando a la Asociación de Artesanos y Artesanas del Bierzo, en el complejo monástico tras su reciente fase de rehabilitación, siguiendo la senda de otra realizada años atrás en el recinto de la iglesia.

A las instituciones les pareció el proyecto perfecto para iniciar la dinamización del monasterio. Así nació la II Exposición de Artesanos del Bierzo, que llenael monasterio hasta el 15 de junio.

Una pequeña joya de arte y artesanía actual dando vida a un patrimonio milenario. La colección se compone de 70 piezas de madera, cuero, vidrio o metal, obras de los artistas y artesanosGil del Pozo, Alberto ‘Muebles del Mecánico’, Rogelio Pacios, Ana Isabel González Villadangos, Victoria Delgado, Isabel Fernández, Carmen ‘Taller de Vidrio’, María José Requejo, el propio José Luis Álvarez Duque, Javier Fernández Veiga y Fernando Martínez Sousa.

José Luis Alvarez Duque apunta estar «ansioso» por ver las sensaciones que la muestra genera en los visitantes. «Yo vivo justo ahí en el camino por el que pasan los viajeros. Me interesa esa gente que llega fuera de las etapas del turismo y verano, gente que se desvían del camino, que ha oído del monasterio. Me siento identificado con ellos, lesves y te preguntan, te hacen un comentario y sabes que tienes que esta ahí como lazo de unión. Y dejan huella, por eso me encanta que puedan ahora además disfrutar de esta muestra de los artesanos del Bierzo del siglo XXI «que han puesto aquí su esfuerzo por amor al arte para llenar este patrimonio milenario único».