Llegada a Oviedo y fin

El Camino de San Salvador llega a su fin en esta décima etapa que arranca en Mieres y finaliza en la Catedral de Oviedo, con una visita obligada a la Cámara Santa

José Antonio Cuñarro
05/09/2016
 Actualizado a 11/09/2019
La escultura de La Regenta anuncia la llegada a ‘meta’ en este Camino, la Catedral de Oviedo.| J.A. CUÑARRO
La escultura de La Regenta anuncia la llegada a ‘meta’ en este Camino, la Catedral de Oviedo.| J.A. CUÑARRO
Empiezo la etapa subiendo el puerto del Padrún, son 5 kilómetros de ascenso pasando por la Rebollada, donde existió un hospital de peregrinos que luego pasó a ser leprosería en el barrio de La Malatería entre los años 1266-1836.

Desde este pueblo comienza el sendero de gran recorrido ‘G.R. 105.1 Mieres-Covadonga’, uno de los senderos más transitados de la región.
El camino pasa por El Rollo y por Copián, se tiene constancia que en 1103 Alfonso VI donó una heredad en el Monte Copián al cabildo de San Salvador de Oviedo con el fin de edificar allí un hospital de peregrinos. En 1143 Gonzalo Bermúdez y su mujer Cristina Peláez, donan a la Catedral de Oviedo el templo de Santa María que habían levantado en Copián, para que sirviese de capilla a la hospedería y como parroquia vecinal. En 1220 el obispo Juan y el cabildo de la Iglesia de Oviedo, dan a Martín Arias y Pelayo Yáñez, "una heredad en el Monte Copián, que limita con Santa María de Copián y Santa María de Aguilar, para que levanten un hospital para pobres, peregrinos y transeúntes". En algún momento indefinido entre 1220 y 1307, el nuevo conjunto, hospital-alberguería y capilla, pudo pertenecer a la Orden del Temple, de ahí que desde entonces se nombre como ‘Convento de Santa María de Copián’. Sin embargo, a mediados del siglo XVII Jovellanos, a su paso por Copián, escribe "dice el vulgo que hubo templarios" ya que solo quedaban las ruinas del templo.Sigo por Santa Llucia hasta alcanzar el alto del Padrún, desde aquí entro en el municipio de Oviedo, dejo atrás la montaña Central y entro en la sierra del Aramo, que tendré en el horizonte siempre como referencia durante el resto del camino.Tomo un sendero que me baja a Casares, de ahí bajada hasta Olloniego que atravieso pasando por la iglesia de San Pelayo, a la salida de Olloniego me encuentro con la Torre de los Muñiz y el Palacio de los  Quirós. A lo lejos puedo ver un precioso puente medieval, pero no tiene río, la ‘Riadona’ del río Nalón del año 1676 hizo que el curso del río cambiase y abandonara su antiguo cauce dejando el puente en seco.Abandono Olloniego cruzando el río por un imponente y sólido puente construido en 1870 por el arquitecto asturiano Manuel Reguera, al otro lado del puente me encuentro la localidad que tomó su nombre del impuesto que en la oficina se cobraba, El Portazgo. La oficina del Portazgo se construye en 1833.Hay que estar atentos para encontrar el leguario que nos indica que faltan una legua y media para llegar a Oviedo o, lo que es lo mismo, aproximadamente 8,4 kilómetros ya que una legua castellana es la distancia que se recorría una persona andando y que equivale a 20.000 pies castellanos, es decir, entre 5.572 y 5.914 metros.Desde aquí empieza una bonita y dura subida por un bosque de eucaliptos marcado también como senda verde y que me lleva a la Canterona de Manzaneda, coincido a veces con una calzada romana y  sigo por una carretera local hasta coronar en el Picullanza, un poco más adelante puedo ver por primera vez la ciudad de Oviedo, desde aquí sigo hasta llegar a la Venta del Aire y a San Miguel, donde encuentro una pequeña plaza con dos preciosas paneras.
Desciendo hasta el arroyo de la Ceprosa, que cruzo por un puente de Llábanas, vuelta a subir para llegar a Caixagal y luego a Los Prietos, donde un área de descanso al lado de un rehabilitado lavadero me permite contemplar el Aramo donde distingo el Gamoniteiro, la Gamonal y el Angliru, ahora muy conocidos por la Vuelta Ciclista.

Ante la sierra está el Monsacro que fue donde estaban guardadas las reliquias antes de ser llevadas a la cámara santa.

Bajando por la carretera hasta el lugar de La Bogalicha puedo ver las ruinas de la ermita de Santiago de la Manjoya, muy cerca encuentro la iglesia parroquial de la Manjoya que sería como el Monte do Gozo, ya que desde allí vemos la catedral de Oviedo. Frente a la iglesia veo la escultura de granito representando a  Santiago peregrino.

Bajo para entrar en las calles de la ciudad y en la rotonda de la avenida de La Florida encuentro otro Santiago peregrino, desde aquí las conchas en el suelo me guiarán por las calles de Oviedo. Entro por la calle de la Madalena hasta llegar a la plaza de la Constitución donde está el ayuntamiento y la iglesia de San Isidoro el Real, a su lado veo el Mercado del Fontán.

Paso por el arco de Cimadevilla y desemboco en la plaza de Alfonso II ‘El Casto’, donde una escultura de la Regenta me muestra la catedral de Oviedo, por fin llego a la Sancta Ovetensis.

La alegría de llegar y la tristeza del final se unen, queda visitar la catedral y su Cámara Santa.

Entro en la catedral con mi audio guía que me va explicando todo hasta que por fin veo la figura del Salvador.

A continuación me dirijo al fin de esta peregrinación, la visita a la Cámara Santa.

En ella puedo ver las cruces de la Victoria y de los Ángeles, símbolos de Asturias y de Oviedo, la Caja de las Ágatas y el Arca Santa que contiene un gran número de reliquias entre las que se encuentra el Santo Sudario.
Espero que leyendo estas crónicas os animéis a coger la mochila y venir al Camino del Salvador
Después de cumplir como peregrino y recibir la Salvadorana que acredita la realización de mi camino del Salvador, toca visitar esta preciosa ciudad que me parece especialmente bonita y agradable.

Espero que leyendo estas crónicas os animéis a coger la mochila y venir al Camino del Salvador, pero, ¡cuidado! El Camino tiene algo que engancha. ¡Ultreia y buen Camino!
Archivado en
Lo más leído