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Llega la hora de León

27/12/2020
 Actualizado a 27/12/2020
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En el Partido Popular, en Madrid, están calentando motores para afianzar el liderazgo de su presidente nacional. Es el objetivo, el primero, que manejan a corto y medio plazo para evitar disensiones internas. Que las hay. Ahora bien, por mucha euforia que quieran transmitir desde Génova, la realidad –tozuda como una mula artillera de alta montaña– es que el proyecto del tándem Casado-Egea no termina de carburar en la medida esperada. Las encuestas –a pesar de las subidas porcentuales– les niegan los números que soñaban los gurús genoveses a estas alturas del controvertido mandato PSOE-UP. Y en mayor medida, si cabe, después del desgaste de Sánchez y demás adláteres y satélites del variopinto espectro parlamentario. El mensaje de los populares, negándole a Abascal de mala manera en el Congreso, no terminó de calar en miles de sus votantes, que están basculando –lo dicen los sondeos–a la opción política de la ‘competencia’.

La hoja de ruta del PP para anudar el poder del adalid Casado quiere iniciarse en los territorios provinciales. Y León está bajo la lupa de los ‘cerebros’ madrileños por ser en sí misma plaza de especial interés y, a la vez, por cuanto representa en el conjunto autonómico que pastorea Fernández Mañueco. León ha dado más de un dolor de cabeza y no, precisamente, por la dimisión, hace poco más de un año, de su secretario general. Eso ya es historia quemada. Subyacen otras circunstancias, otros hechos que, pese a las pantomimas y escenificaciones impostadas de puertas afuera, rayan las relaciones personales de los ‘patronos’. De aquí y de allá. De León y de Valladolid. Demasiado barullo.

Y desde Madrid se anuncia –ha llegado la ‘democratización’ al volador charrán transmutado en gaviota– que con setenta y cinco avales puede optar un candidato, un afiliado con todos los sacramentos estatutarios, a presidir el partido. Esa es la parte amable de la futura y cercana convocatoria. Sin embargo, los liderazgos que cuenten con el apoyo del Comité de Dirección tendrán un largo trecho recorrido. Por lo tanto es muy fácil intuir, que en el caso de León los pactos entre Génova y Pucela marcarán a fuego las primarias. Eso lo sabe hasta el apuntador y cualquiera que, sin pájaros en la cabeza, pretenda asaltar la sede del Paseo de Salamanca.

Y pese a que –como en el Evangelio de San Mateo (22.1-14)– muchos fuesen los llamados y pocos los elegidos, en principio son habas contadas quienes pudieran presentarse a gobernar el partido en la provincia. Y la palabra más repetida es la de renovación. Está cantado. Todo apunta a un cambio de caras y de formas. A sentir un restaurado aire que vuelva a ilusionar. ¿Toca abrir los ventanales? Sí, toca. De par en par.
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