Listas de espera de calidad

08/11/2022
 Actualizado a 08/11/2022
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Hay un enjambre de almas a la puerta del médico. Sé lo que significa la palabra paciente aquí, aunque la señora de rojo lo sabe menos, que no deja su paseo nervioso de la puerta del doctor a la de la calle. Me ha preguntado para qué hora tengo siete veces. Me parece que quiere que le diga que pase delante de mí, como en el super.Pero en estas cosas me gusta que la seriedad de las batas blancas se contagie a este lado. Si tengo para las diez y siete minutos, eso es ley. Bueno, igual real decreto, porque el médico no lo tiene tan claro. Y es que es de ciencias el que da las citas, porque tiene calculado al milímetro cuánto se tarda en decir hola, adiós, y por el medio soltar alguna justificación de tu visita. Si tartamudeas o se te enrebujan las ideas has fastidiado todo el reloj de la planilla del funcionario que sabiamente había contado con que tú estuvieras lúcido esa mañana para ordenar tu historia clínica ante el profesional en menos de dos minutos. Lleva veinte de retraso y qué ven mis ojos. El médico acaba de salir de su puesto de trabajo. Va al baño. A ver si tiene la misma lucidez que exige el de las citas a los enchidos de paciencia para apurar la meada y recuperar el ritmo leonino de la consulta. Pues no. Ha llegado el 112 y ya no le deja casi subirse la cremallera del pantalón. Se lo llevan. Uno, dos…ocho pacientes quedamos ojeando los teléfonos en una sala donde pone «apague su teléfono por favor». Igual le digo a la mujer de rojo que le cedo la vez, que mi puñetera afonía seguirá el «Vuelva usted mañana» de Larra. Somos el grupo de avezados enfermitos que pueden esperar. Está claro que no tenemos una dolencia que nos posicione al borde de la muerte, pero esta mañana sin resolución sí ha fenecido.Las listas de espera es algo que en el Bierzo se da tan bien como la pera conferencia. Y es que se siembra con cariño, desde una Junta que recorta el personal sanitario hasta dejarlo casi al nivel de llevar pañales para trabajar. Pero nos convencen de que no se puede recortar lo que no hay. Nadie quiere curar a estos ocho pacientes porque son de una zona de difícil cobertura.Ahora la discriminación se ejerce según tu lugar de nacimiento. En el Bierzo has nacido mal. Cuando te dan a luz aquí entras sin sorteo en una lista de condenados a esperar. Y, en esto, sí cedo la vez.
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