¡Levad el puente!

¡Levad el puente!... No es un antiguo grito de alerta porque se acerque ningún enemigo, sino una nueva posibilidad en el Castillo de los Templarios de Ponferrada, que recupera ese clásico elemento estrucutral y de defensa habitual de las fortalezas medievales, como es posible a menudo ver en el cine. Ahora, en Ponferrada se podrá ver en directo, porque el Castillo Templario vuelve a tener su puente levadizo tras la finalización de las obras de reforma en el acceso a la fortaleza.

Han sido unos trabajos desarrollados en los últimos meses por la empresa Trycsa por 65.800 euros procedentes de los remanentes de tesorería de anteriores ejercicios.

El alcalde, Olegario Ramón, y el arquitecto director de los trabajos, Fernando Cobos, visitaron este jueves los trabajos y asistieron al primer alzado de la nueva estructura. Cobo recordó que el Castillo siempre tuvo un puente levadizo” y apuntó que existe una estancia semienterrada a la entrada de la fortaleza para alojar los contrapesos que permiten alzar el puente y que dispone de una puerta para salir al foso cuando el puente está levantado. En ese sentido, añadió que el objetivo de la actuación era “recuperar el funcionamiento original del puente levadizo en la Edad Media”.

Los trabajos estuvieron condicionados por el hecho de que este puente es la única puerta de acceso a la fortaleza, a la espera de que las obras que se llevan a cabo en la zona del Castillo Viejo permitan abrir una segunda entrada al recinto. Al respecto, el alcalde señaló que estos trabajos de restauración en la parte más antigua de la fortaleza, que cuentan con un presupuesto de 1,6 millones, están "próximos a rematar" y apuntó que en la empresa encargada de los trabajos está procediendo a la retirada de las grúas. 

Ramón recordó también que la actual obra del puente se inició en 2019, con el objetivo de retirar el "enjambre de vigas metálicas" que se instaló de manera provisional en enero de 2017 para solucionar los problemas estructurales en el arco de entrada al Castillo. Con el visto bueno de la Dirección General de Patrimonio, al tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC), los trabajos arrancaron el pasado mes de abril e implicaron el cierre de la fortaleza durante 15 días.

La reparación del arco y el refuerzo de la estructura de madera que da acceso al interior del recinto permitirá ahora el paso de furgonetas pequeñas de hasta 3.000 kilos para suministrar al edificio.