"Les sorprendías, contabas historias y charlabas, casi me hacía más ilusión a mí"

La Cultural contactó por teléfono con sus socios en el Estado de Alarma / Ballesteros: "Con casi todos quedé para saludarnos y conocernos en persona cuando volvamos al Reino"

Jesús Coca Aguilera
23/06/2020
 Actualizado a 23/06/2020
Imagen de los seis empleados de la Cultural que han contactado con los socios durante el Estado de Alarma. | CYD
Imagen de los seis empleados de la Cultural que han contactado con los socios durante el Estado de Alarma. | CYD
Un día, en medio del confinamiento al que tuvieron que someterse todos los españoles, los socios de la Cultural cogieron el teléfono y al otro lado de la línea estuvo una persona del club preocupándose por su estado.

Una manera de mimar al abonado, demostrar preocupación y ganarse su respeto, la cual corrió a cargo de Alejandro Rodríguez, Olga Ordóñez, Naiara Rama, Mariela Díez, Joseba Arana y Luis Ballesteros, los seis empleados del club que uno por uno, esperando al día del cumpleaños en algunos casos si era en esas fechas, o siguiendo el orden de los números del carnet en otros, contactaban con los seguidores culturalistas.

«Les sorprendías», recuerda el exjugador culturalista, que señala cómo cuando desde el club propusieron la idea «me pedí que si podía llamar yo a los que tuvieran el número del 1 al 150, me dijeron que sí, me cogí el Excel y cada día por la tarde dedicaba una hora y media o dos a ello».

«Alguno incluso el día siguiente te llamaba él para agradecerte el detalle. Fue un acierto total del club» ¿En las conversaciones? «Primero te interesabas por tu salud y cómo lo estabas pasando él y su familia, pero yo que hablo mucho al final acababa contando historias del pasado, charlando de la temporada o de si se jugaría o no el ‘playoff’... a ellos les molaba, pero casi me hacía más ilusión a mí», señala Luis Ballesteros, que «de los 150 a lo mejor hubo 20 con los que no pude hablar, porque se habían ido con los hijos o a residencias, pero con el resto desde el 1, Lamberto, al resto, ahí fuimos conversando, recordando momentos en La Puentecilla o el Amilivia, me contaban que me veían jugar que ya les decía yo que seguro que alguna vez me silbaban... Y además, de los que hablé, ni uno con Covid, ya bromeaba yo en el club con que tenemos la afición más fuerte del fútbol profesional».

Un detalle que los socios «te lo agradecían, igual alguno hasta el día siguiente que de repente de llamaba para darte las gracias por el detalle»; y que Ballesteros tiene claro que fue un «acierto total» por parte del club: «En estas pequeñas cosas la Cultural ha ganado muchísimo, es algo que no cuesta nada y quedas como un señor equipo, yo que he visto actitudes pésimas aquí la verdad es que demuestra que se ha dado un cambio tremendo».

«Cada tarde dedicaba una hora y media o dos a ello. Si le das cuartelillo el aficionado culturalista es muy hablador» ¿Las reacciones? «No sé si era por cómo estábamos, pero todas positivas. Sí que miraban a ver si ibas a poder tener opción de subir o no, pero nadie me preguntó si se iba a devolver el porcentaje de los partidos no jugados, ni se quejó de los resultados de la temporada o del entrenador...».

Eso sí, lo que no tenía una duración fija eran las llamadas, que podían acabar alargándose mucho en el tiempo. «Como no tenías prisa, nadie la tenía en realidad en esos momentos, yo sobre las 6 me ponía los cascos e iba hablando caminando por el salón», señala un Ballesteros que «les decía pronto que no les molesto más, pero si tenía ganas de hablar y seguía ahí nos poníamos a darle. El aficionado de la Cultural es muy hablador si le das cuartelillo y más recordando historias».

¿Anécdotas? Hubo muchas. «Por ejemplo hubo dos casos en los que al ir a marcar el número ya le tenía guardado en el teléfono porque le conocía, otro que me dijo que si no sabía quien era y resulta que era el padre de Gusi el que jugó conmigo en la Cultural, compañeros ferroviarios de mi padre... la verdad es que fue una experiencia enriquecedora y con la que disfruté mucho».

De hecho, Ballesteros revela cómo «he quedado con casi todos para que, cuando volvamos el Reino, me saludasen y conocernos en persona».

Una manera de acercarse al socio. Un ejemplo de actuación en un momento complicado, que ha generado problemas en otros clubes, y del que la Cultural ha logrado salir sin entrar en ERTE su personal, llegando a un acuerdo con sus jugadores y teniendo detalles con sus abonados.
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