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Les llaman ‘ninis rurales’

25/03/2019
 Actualizado a 15/09/2019
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Leo en este nuestro periódico que la Diputación de León acaba de presentar un plan doble para fomentar del empleo de jóvenes de entre 16 y 30 años en el medio rural leonés que se encuentran fuera del sistema educativo y en el Fondo de Garantía Juvenil. Y observo que la medida para llegar a dar formación a 333 sujetos que ni estudian ni trabajan –denominados ninis en el lenguaje del siglo XXI– cuenta también con el apoyo económico de la Unión Europea, que financia con 600.000 euros el 81% del presupuesto.

A estas alturas de la película, si me lee de vez en cuando, entenderá de sobra qué opino sobre estas cosas y no hace falta que se lo cuente por escrito. Eso sí, aunque fuera para tirarlos por el Bernesga abajo desde el Puente de San Marcos, también le digo que esos 600.000 euros mejor están en León que invertidos en un rincón de Alemania, de Francia o de cualquier otro país europeo en vaya usted a saber qué proyectos.

Lo que sí le digo es que la mayor parte de los ninis que denominamos ahora a estos chavales son los vagos de toda la vida que ni estudian ni trabajan porque no tienen trabajo pero porque tampoco se esfuerzan en buscarlo; ni con veinte, ni treinta ni cuarenta años y de ahí en adelante la cosa se complica aún más. Generalmente, el que quiere trabajar encuentra trabajo y el que prefiere vivir del cuento o de las subvenciones siempre encuentra excusas para no hincarla y vivir tranquilo.

Y la mayor parte de la culpa de que León tenga ninis por cientos dispuestos a realizar estos cursos que a la mayor parte no le servirán más que para no estar mangándola por las calles el rato que duran las clases es de la escuela de mi generación y las siguientes, esa escuela cobijada por lo público que permite pasar de curso sin aprobar, la que regala carreras y títulos sin esfuerzo y la que premia al vago dándole ayudas públicas y beneficios fiscales mientras castiga al que trabaja condenándole a pagar impuestos y más impuestos para sostener el sistema.

Y por mucho que se lo pinten de colores y de oportunidades para el mundo rural y no sé qué más cosas bonitas que dan buenos titulares esto es así, querido lector, sufrido contribuyente.
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