León ya tiene un color, su color

El Festival Purple Weekend León ya vivió este sábado uno de sus días ‘grandes’ y, a su vez, alguna de esas actividades que se convierten en seña de identidad del prestigioso ciclo, como el Scooter Run o de cómo las motos visten León de su color

Fulgencio Fernández
05/12/2021
 Actualizado a 05/12/2021
La música, en su sesión de tarde, fue una intensa sucesión de grupos leoneses sobre el escenario, aunque empezó con cierto retraso. :: mauricio peña
La música, en su sesión de tarde, fue una intensa sucesión de grupos leoneses sobre el escenario, aunque empezó con cierto retraso. :: mauricio peña
Después de días de amaneceres grises, nieves en el horizonte y calles muy vacías y con sal... el cielo cambió de color y pese a la excentricidad que es en esta tierra que salgan unos rayos de sol en diciembre lo hicieron. Y le dieron a León un color especial, o dos, el de sus rayos de sol y el púrpura que toma calles, escenarios y rincones de la ciudad del sabor de un festival que ya anda por su 32 edición, que es mucho decir, que es una referencia inevitable en el universo mod y que sigue adelante después de ese año cruel en el que nada fue y todo se borró debajo de ese manto de la pandemia.

Era este sábado un día especial, uno de los días grande de una programación que había arrancado poco a poco pero que subía la trapa con actividades que son señas de identidad del ciclo, como el mercadillo y, sobre todo, el scooter run, «las motos», como dicen los leoneses que sin estar muy al tanto del Purple ven con satisfacción unas cuantas decenas de motos —vespas y lambrettas sobre todo— que se atreven a desafiar el frío que es obligatorio en estas fechas de puente invernal.

Arrancaron entre acelerones modestos de estas motos que fueron de obreros y se han convertido en un símbolo del movimiento. Salieron de las inmediaciones del Palacio de Congresos, el centro neurálgico del Purple, y tomaron las calles. Quienes llegaron a la ciudad ‘a pie’ —cientos, miles, cada año—también toman sus espacios, en este caso los del barrio Húmedo, el Romántico y demás rincones en los que los visitantes llegan preguntando por las tapas.

El mercadillo responde a la perfección a su nombre y en sus estanterías vive todo un mundo de discos, camisetas, recuerdos, libros, cómics, bolsos y todo tipo de abalorios que refuerzan esa identidad mod que estos días vive y toma la ciudad... y hasta un «tendero» muy especial para  todos los visitantes. Allí se ofrecen «noventa canciones de la era pop para mods y jetsetters» y de todo ello sabe mucho y lo cuenta Alejandro Díez Garín, Alex Flechazo o Cooper, que detrás de todos los nombres está el mismo personaje, imprescindible a la hora de cómo ha nacido, crecido y se ha asentado este Festival, ya hace más de treinta años, y que ahora anda emprendiendo nuevas aventuras desde el mundo rural leonés.

La tarde, cuando se va marchando la luz, era el tiempo y el espacio reservado para la música. Leonesa en esta jornada tan especial y por el escenario, arropados por un lleno, fueron desfilando un buen número de los músicos leoneses ‘alineados’ en grupos como Hummo, Los Modernos, Chucho, Los Estanques y Biznaga.

Después de la intensa jornada y en el pabellón secundario, los DJ internacionales abrían las puertas  a otra de las tradiciones, el allnighter.
Y después... ya lo saben. Un mundo.  El mundo mod y púrpura.
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