javier-callado-2.jpg

León y las inmatriculaciones

25/02/2021
 Actualizado a 25/02/2021
Guardar
Gracias a una ley del gobierno conservador, los obispos pueden inmatricular a nombre de la Iglesia Católica aquellos bienes que consideren oportuno. Para ello solo necesitan un certificado del obispo donde se afirme la propiedad inmemorial del bien. La ley convierte así a los obispos católicos en notarios. Se pretendía registrar a nombre de la Iglesia Católica aquellas propiedades que fuesen suyas con un coste mínimo.

Todo esto, en un estado aconfesional, como España, es un fraude de ley. ¿Por qué no pueden intitular otras confesiones religiosas? ¿Qué inviste de fiabilidad a un obispo católico? ¿Por qué se eleva a los obispos católicos a la categoría de notarios? El resultado fue esclarecedor: se han intitulado 34.961 fincas a nombre de la iglesia. De ellas, 30.335 lo hicieron con la certificación de un obispo. Podría cuestionarse si es adecuada la intitulación en los templos, pero también figuran casas, fincas rústicas y urbanas, cementerios y otros bienes inmobiliarios.

El caso de la provincia de León resulta especialmente llamativo. Se han intitulado 2.012 bienes, pero 77 aportaban otras certificaciones diferentes a la eclesiástica. Por el contrario, 1.935 propiedades leonesas se han puesto a nombre de la Iglesia Católica porque lo ha certificado un obispo (el 6,4% de toda España). Esto colisiona con los intereses de los leoneses, como paso a explicar.

El sistema de ocupación del territorio leonés, base de nuestra identidad, se fundamenta en núcleos de aldea semiautónomos, con una sola iglesia, construida y mantenida por el concejo o por una cofradía –que venía a integrar prácticamente a los vecinos de sexo masculino y adultos del concejo–. Esta iglesia, así como su cementerio, donde vienen a enterrar los leoneses, están en terreno comunal, pagado por los vecinos. También en terreno comunal se levantaban la casa del cura (llamada la rectoral), en hacendera, y se tenían huertas en algún caso, para sustento de esa vivienda. Incluso las ermitas estaban en terreno comunal, que ocupa casi el 40% de la provincia.

En León hay unos 1.400 pueblos, casi todos con su iglesia (si no la tienen se consideran barrios de otro) y, en algún caso, con ermitas. Ahí encontramos gran parte de lo inmatriculado. Pero además vemos huertas (como la de la rectoral de Forna), rectorales (como la de Soto de Valdeón), fincas rústicas (como en Santa Colomba de las Arrimadas) y hasta urbanas. Son bienes de propiedad comunal, mantenidos por el común en su mayor parte, de los que la iglesia dispone para vender, alquilar u obtener beneficios económicos. Por eso este proceso puede considerarse un expolio a los concejos.
Lo más leído