javier-callado-2.jpg

León y la estrategia de renovables

29/07/2021
 Actualizado a 29/07/2021
Guardar
Resulta aleccionador que la brutal subida de precios experimentada por la energía eléctrica en España se deba a la falta de viento. Esto obliga a encender las centrales de ciclo combinado, que producen energía mucho más cara. En otras palabras, llenar de molinos gigantescos el entorno no garantiza que tengamos energía verde y barata. Lo único que asegura es que destrozamos el paisaje, la naturaleza y la fauna salvaje. No hay más que ver el ‘bosque’ de torres en la llanura de Torozos, en Valladolid, mayoritariamente inmóvil para descubrir el error de plantar esos armatostes en cualquier lugar. Si gran parte del tiempo no funcionan, ¿para qué los ponen? ¿Instalarían ustedes una fábrica gigantesca en la montaña? ¿Lo harían además si no funcionase la mayor parte del tiempo?

Por otro lado, una torre eólica que tiene de 100 a 200 metros de altura, requiere anchos caminos de acceso y líneas eléctricas de evacuación energética: es una instalación industrial en toda regla. Puesto que no se ponen en los valles, se ven desde todas partes, modificando el paisaje de forma drástica. Plantear que una torre de 200 metros de altura no se puede poner en un alto, pero sí en otro a 10 kms. es una sinrazón. El impacto visual de esas torres llega a más de 50 kms de distancia. Desde León ciudad se aprecian las torres eólicas del puerto del Manzanal o las del Cueto de San Bartolo, en La Cepeda, más pequeñas que las que se pretende montar ahora. No tiene sentido permitir ni una sola torre más de las que hay. Es más, habría que revocar los permisos de las que hay cuando toque renovarlas. Las torres eólicas han de ser un recurso a extinguir en León por ineficiente, además de lesivo para los ciudadanos y el medio.

Por el contrario, León cuenta con dos enormes parques solares, aunque casi nadie sepa dónde están. Sus placas producen energía eléctrica cada día, desde la mañana a la noche, aunque llueva, se nuble o no haga viento. Son la demostración de que la energía solar es la opción más adecuada mientras el sol salga cada mañana.

Hay decenas de lugares donde los campos solares pueden pasar desapercibidos, con un impacto limitado en la naturaleza. Se habla de miles de hectáreas para asustar a los ciudadanos, pero si sabemos que un km cuadrado son 100 hectáreas, resulta que lo que puedan ocupar los nuevos proyectos no es tanto como parece. Lo que hay solicitado no llega al 1% de la superficie provincial. Existen numerosos emplazamientos con un impacto limitado sobre el medio. Entre ellos están las ruinas industriales de la minería, que podrían tener así una nueva utilidad sin perturbar el resto del territorio.
Lo más leído