León, tierra de 'supermadres'

Madres de familias muy numerosas leonesas son las protagonistas de historias realmente ejemplares y dueñas de unas biografías que jamás deberían ser olvidadas... aunque lo están siendo

Fulgencio Fernández
04/05/2020
 Actualizado a 04/05/2020
Asunción Fernández Estrada, nacida en Modino y casada en Corcos, donde vive, crió 17 hijos y ahora sigue cuidando a los nietos. | MAURICIO PEÑA
Asunción Fernández Estrada, nacida en Modino y casada en Corcos, donde vive, crió 17 hijos y ahora sigue cuidando a los nietos. | MAURICIO PEÑA
¡Cuántas veces habremos escuchado a los mayores de nuestros pueblos aquello de que «entonces lo más normal era tener seis o siete hijos». Que ya está bien, por mucho que insistan en argumentar que «como no había televisión».
Pero es que siendo normal tener 6 ó 7 eso supone que la provincia está llena de familias con 10, 11 o hasta 16 hijos, en algunos casos más. Visto con ojos de hoy es difícil imaginar cómo se arreglarían para sacar adelante aquellas casas, y más si tenemos en cuenta que en muchas de aquellas casas no había agua corriente, a veces tampoco luz y, por ejemplo, era muy normal que tener que ir a lavar al río, con agua tan fría que en los pueblos de la montaña muchas recuerdan que tenían que romper el hielo que cubría el cauce para colocar la lavadera y ponerse a trabajar.

Son numerosas las historias ejemplares que se podrían recuperar en estas fechas que se celebra el Día de la Madre, ya que en todas las comarcas había alguna de estas familias supernumerosas, toda una bendición para las escuelas .

Las casas de Franco


Un buen método para conocer la historia de estas familias es acudir a las que se hicieron acreedoras al premio nacional de natalidad, pensado para las familias con más hijos, casi siempre para familias de 16 hijos o más y que en varias ocasiones vino para León y consistía en donarles una casa, de ahí el nombre que el régimen popularizo de Las casas de Franco, aunque el citado parece que sólo acudió a la entrega en una ocasión, claro que la ocasión merecía la pena pues eran 21 hijos los hijos de Claudia y Santiago, vecinos de Santa Marina del Rey, pueblo en el que fue una fiesta aquel 19 de marzo de 1967, curiosamente —o no tanto— el Día del Padre. Les entregó las llaves a este matrimonio. Él ya había tenido 5 hijos y después 16 con Claudia, a la que tocó criar a todos los que sobrevivieron (18) de los dos matrimonios. Recordaba que hasta tener la casa «a la hora de dormir los repartía por casas de familiares por todo el pueblo» y también la faena más dura para ella: «A la hora de comer me arreglaba como podía, pero lavar tanta ropa era muy penoso pues no había lavadoras y tenía que ir al reguero, de rodillas».

Otra anécdota es que dos llevan el mismo nombre, y su padre lo explicaba: «Eran tantos que ya no quedaban padrinos en el pueblo y uno de los hermanos mayores fue el padrino del pequeño y le quiso poner su nombre».

Otras dos ‘casas de Franco’ se encuentran a muy pocos metros, en el municipio de Matallana de Torío, una en Naredo de Fenar y otra en Robles, a un kilómetro escaso.

En Robles se instaló la familia que llaman de Los andaluces, debido a su origen en la localidad jienense de Solera y que llegaron para trabajar en las minas y se instalaron en Villalfeide. «Cuando mis padres llegaron para trabajar en las minasya éramos 10 y uno más que se había muerto», recuerda Dolores, la primera que nació en León.

El padre de familia, Ildefonso Valenzueña, trabajó en la Hullera Vasco Leonesa, donde ingresó en 1957. La madre, Isabel, tuvo hasta 16 hijos, y 20 embarazos, pues algunos se malograron. De ella siempre dicen en Robles que «era una andaluza muy trabajadora y elegante», su hija la define como «fantástica» y también recuerda que «iba a lavar la ropa al pilón del pueblo pues en el fregadero de casa no se desenvolvía con tanta ropa. A los tres días de tener algún hijo ya iba a lavar».

La casa de Naredo fue para Natividad Gutiérrez en 1947, madre de 17 hijos que, por suerte, todos salieron adelante. Una hija recordaba cómo «hasta que nos dieron aquella vivienda el día a día era muy complicado. Vivíamos en dos casas y era mi madre la que lo tenía todo organizado, de modo que los mayores atendieran a los pequeños en los desayunos, para ir a la escuela, en las comidas...».

Claudia Marcos y Santiago Martínez deben ostentar el récord provincial con 21 hijosUn caso singular fue el de Asunción Fernández Estrada, natural de Modino y casa en Corcos con Daniel Cerezal, que tuvieron 17 hijos pero renunció a recibir el repetido premio de natalidad. «Teníamos la nuestra, que se quedaba pequeña, y compramos la de al lado, que no estaba acabada del todo peroya nos arreglamos».

- Pero si os daban la casa.
- No la queremos. Casa tenemos y si no pues la hacemos.

Y recuerda Asunción, que sigue viviendo en Corcos, que tiene hijos por toda la provincia: « Unos cuantos en León, cuatro o cinco, pero también en Mondreganes, en Quintana, en Valdealiso, y Pacita, que vivía en Almanza…». Vivía.
16 hijo tuvo también María Sevilla, una mujer cuyo nombre formó parte de la historia de esta provincia pues el famoso Pozo María lleva ese nombre en su honor. Ella era una maestra, nacida en las Hurdes y afincada en Laciana desde 1891. No había premios a la natalidad entonces pero sí tuvo la suerte en su llegada a Laciana de poder vivir en la casa de la escuela.

Uno de sus 16 hijos, Gorgonio Torre, fue uno de los pioneros de la minería en el Valle, hasta el punto de que el nombre de esta mujer es precisamente con el que, en su honor, bautizó a uno de los pozos más emblemáticos de la minería lacianiega, el Pozo María de Caboalles de Abajo.

Hay mil historias más de madres de familias supernumerosas, como la de Catalina García, que crió hijos, fue la primera mujer en conducir un coche de linea (1925) y llevaba la fonda de Cofiñal.
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