Para ello, primero debería aclararse el concepto de tapa y, desde la RAE hasta cualquier ciudadano, lo podrían definir como una «pequeña porción de algún alimento que sirve como acompañamiento a una bebida». No se aclara por tanto si es gratis o de pago, ni tampoco cuánto de generosa debe ser. En León, la tradición de ‘tapeo’ es gratuita, una cuestión que en los últimos años ha generado una elevada competencia en el sector hostelero de la capital provincial.
El presidente de la Asociación de Hostelería y Turismo de León, Martín Méndez, reconoce que buena parte del sector se ha apoyado en las tapas para aumentar la competencia con otros bares y restaurantes. «Aumentar en cantidad no es bueno ni para el hostelero, porque aumenta los costes, ni para el sector en general, porque se machaca a restaurantes y otros negocios», valora Méndez.
Desde la agrupación de hosteleros consideran que la tapa es «un reclamo para hacer más atractiva la idea de salir a tomar una caña o un vino», pero consideran que debe haber límites. «Si pones 200 gramos de picadillo, patatas y un huevo frito no estás dando una tapa. No vemos con muy buenos ojos esta tendencia que ha motivado la competencia», apunta el presidente de la Asociación de Hostelería de León.
No obstante, reconocen que «es difícil decir a cada hostelero lo que tiene que hacer en su casa», pero no descartan que la tradición de obsequiar con tapas en León se pueda compaginar con otras de más calidad y elaboración gastronómica. «Hay todo tipo de clientes. Los hay que quieren llenar las barriga y otros buscan productos más selectos aunque no tengan tanta cantidad», explica el representante de los hosteleros.
Las más demandadas
Méndez también confirma que el fenómeno del ‘tapeo’ también ha dejado de ser un ‘coto privado’ del barrio Húmedo y «muchos bares de barrios de la ciudad se han fijado en esta tendencia». Así podemos encontrar puntos de referencia para tapear en la Chantría, San Mamés o Eras de Renueva.
Sobre las tapas que más demandan los clientes, desde la Asociación de Hostelería consideran que no es fácil establecer una clasificación pero que en León «lo que más ha tirado siempre es la patata, por ser una receta simple y que gusta a todos». Algo parecido ocurre, ocurre con «la tortilla, las croquetas y los calamares». Entre los visitantes destacan las peticiones de morcilla, «sobre todo en el Casco Antiguo», y de embutidos. «Cada bar tiene su inventiva dentro de unos márgenes comerciales y buscan hacer algo nuevo, sin perder el gusto por las tapas de toda la vida», concluye Martín Méndez.
El top 5 de las tapas
Patatas: «Tira mucho en León». Para los hosteleros leoneses suponen la ‘tapa estrella’ por ser «una receta sencilla que tira mucho en León».
Morcilla: la quieren los turistas. Martín Méndez asegura que es la ‘reina’ del Casco Antiguo y que es muy demandada por los visitantes de la ciudad.
Embutidos: un clásico que pervive. El chorizo, el salchichón, el queso y, sobre todo, la cecina son una garantía de éxito para la Asociación de Hostelería.
Tortilla: «Gusta a todos». Otro clásico. Martín Méndez asegura que «gusta a todo el mundo» y, por ello, merece estar en este top cinco.
Croquetas y calamares: los fritos triunfan. Por último, para los hosteleros otra garantía de éxito son las croquetas o los calamares.‘Saboreando España’
La Asociación Saborea España ha elaborado un mapa con las tapas más populares en los distintos territorios del país con motivo del Día Mundial de la Tapa 2019. En el caso de León destacan, como no podría ser de otra forma, a la cecina. Aunque con una cultura de tapeo no tan extendida como la leonesa, en el resto de la comunidad Saborea España destaca la morcilla de Burgos, los torreznos sorianos o las patatas revolconas abulenses. En la franja asturleonesa de este mapa se pone en valor a los ‘chorizos al infierno’, una tapa cada vez más presente en los bares de León y que supone el maridaje ideal a una copa de vino tinto. En el norte peninsular también podemos advertir sabores próximos como el pulpo o los pimientos de Padrón en Galicia o las raciones de rabas de Bilbao. Pero este mapa no se entendería tampoco sin los callos madrileños, los caracoles de Cataluña o sabores más mediterráneos como los que traen los langostinos o el esgarraet valenciano. Por último, el sur llega con el salmorejo, la ensaladilla rusa o las tortillas de camarones, aunque también con sabores con denominación de origen como los boquerones de Málaga o la tortilla del Sacromonte que se disfruta en Granada.