León, más viejo y con menos cantera

La edad media ha aumentado cinco años en la provincia durante las dos últimas décadas, mientras que la cifra de nacimientos cae al mínimo la serie histórica, que arranca en 1941

Alfonso Martínez
21/06/2021
 Actualizado a 21/06/2021
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Menos paisanos, más viejos y con una cantera social que no deja de menguar. La sucesión de cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) no hace más que remarcar los trazos de un boceto desolador para nuestra provincia desde el punto de vista demográfico. Y la pandemia no ha hecho más que agravar esta situación.

El primer botón de la muestra lo conocíamos el pasado mes de abril, cuando el padrón a comienzos de año dejaba la pérdida de 5.003 habitantes durante los últimos doce meses hasta dejar la cifra total en 451.436. De esta manera, León acaparaba un tercio de la sangría demográfica de la comunidad y se convertía en la octava provincia del país con mayor descenso de habitantes.

Buena parte de esa pérdida de capital humano se debe al crecimiento vegetativo, que sigue siendo negativo con muchas más muertes que nacimientos, tal y como estableció la semana pasada la encuesta de movimiento natural de población. Concretamente, la pandemia elevó el número de muertes registradas en la provincia hasta las 7.634. Este dato deja una media de casi 21 cada día y supone un incremento de 1.482 y del 24% en comparación con los 6.152 decesos contabilizados en 2019, es decir, sin la actual crisis sanitaria de por medio. Si echamos la vista más atrás, es necesario retroceder hasta el año 1944 para encontrar una cifra más elevada de fallecimientos que la que ha provocado el coronavirus. En aquel ejercicio la cifra se situó en 7.703 muertes en la provincia de León.

Y una tendencia radicalmente opuesta se observa en el caso de los nacimientos. El dato habla concretamente de 2.278 alumbramientos en León durante el pasado ejercicio. Esto supone una media ligeramente superior a seis bebés cada día. La cifra de nacimientos es ligeramente inferior a la registrada en 2019, cuando se habían contabilizado un total de 2.370.

Además, el análisis detallado de los datos permite concluir que el del pasado año es el más reducido de toda la serie histórica que ofrece el INE, que arranca en 1941. Por aquel entonces nacieron en la provincia un total de 11.685 bebés, aunque la cifra máxima se alcanzó un poco más tarde, concretamente en 1948, cuando la cifra de alumbramientos alcanzó los 13.822.

Y la consecuencia de la negatividad del crecimiento vegetativo de la provincia deriva en un envejecimiento de la población. Concretamente, la edad media de los habitantes se situaba al cierre del pasado año en 49,14 años. Esto supone un incremento con respecto al dato de 2019, que fue de 48,87 años. Pero el envejecimiento de la población ha sido una constante de los últimos años, puesto que la edad media se ha incrementado en cinco años durante las dos últimas décadas (en 2001 era de 44,09 años).

Otro de los efectos de la pandemia en el movimiento natural de la población es el descenso de la esperanza de vida al nacer. La encuesta la sitúa en 82,48 años frente a los 83,63 de 2019. El dato del pasado año es además el más bajo desde 2008. En todo caso, si echamos la vista más atrás, la esperanza de vida ha crecido más de dos años en los últimos 20, ya era de 80,34 a comienzos de siglo.

En todo caso, se mantiene la importante diferencia que hay entre la esperanza de vida al nacer que tienen los leoneses y las leonesas. En el caso de los hombres, el dato del pasado año se sitúa en 79,69 años (frente a los 80,91 de 2019). Mientras, las mujeres de la provincia tienen una esperanza de vida que alcanza los 85,36 años, aunque la cifra también se reduce con respecto a la del año 2019, que fue de 86,34.
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