Según explica su responsable, Gustavo de la Fuente, la primera fase es el amasado, que lleva entre 40 y 50 minutos. Para ello, en Fuensanta se sirven "una harina especial, un punto fuerte, que se utiliza para que el roscón pueda aguantar". A este producto se añade huevos, licor, mantequilla, el indispensable agua de azahar y, como ingrediente de la casa, almendra en polvo.
El siguiente paso es dejar un tiempo de reposo y dar a las porciones la tradicional forma del roscón. "Lo metemos a estufar. Una vez que ha triplicado o cuadriplicado su volumen, lo pintamos con huevo y lo decoramos con las frutas escarchadas típicas. Lo echamos por encima un granillo especial que hacemos en pastelería, que por eso queda así muy parecido a la nube, y un poco de almendra fileteada. Luego en el horno a 180 grados, despacito, tranquilamente, durante 20 o 25 minutos, y ya estaría", explica De la Fuente.
'Real' también es la inflación
Aunque su sabor obliga a hacer un esfuerzo, la inflación marca este año la llegada del roscón a las mesas de todo León. El sector también está dejando sentir en esta Navidad el incremento de la factura energética y de la subida del precio de las materias primas. "Cuesta bastante más porque conlleva mucha energía. La realización de un roscón conlleva mucho consumo de energía. Por un lado, está el amasado con consumo eléctrico. El estufado, que viene a estar como en torno a tres horas con consumo eléctrico. También el horneado ya sea eléctrico, de gasoil o leña. La materia prima, evidentemente, todo el mundo la conoce: los huevos han subido, todos los lácteos, esto lo amasamos con leche y mantequilla, la fruta escarchada que ha subido un montón, la harina…", enumera el responsable de este obrador con más de medio siglo de historia.
Las instalaciones de Fuensanta en Onzonilla y en La Palomera comercializan en estos días entre 5.000 y 6.000 roscones que serán los protagonistas del último atracón de estas fechas. El regalo más obvio, pero sin duda también el más apetitoso que traerán los Reyes Magos, volverá a ser un año más este postre que lleva siglos dejando un buen sabor de boca al adiós de la Navidad.