León con ojos de ciencia

León nos ofrece un increíble recorrido para disfrutar con una nueva mirada, la de la Ciencia. Tan importante siempre y tan mencionada en estos meses, será nuestra aliada para volver a pasear, a soñar, a respirar, a vivir...

Rocío Rodríguez Herreras
06/07/2020
 Actualizado a 06/07/2020
El rosetón de la Catedral ‘encierra’ el número pi; el jardín más antiguo de León y la conducción hidráulica del Cid, una gran obra de ingeniería de hace 2000 años.
El rosetón de la Catedral ‘encierra’ el número pi; el jardín más antiguo de León y la conducción hidráulica del Cid, una gran obra de ingeniería de hace 2000 años.
León es, sin duda, una ciudad de Ciencia. Sus calles, sus parques, sus museos y hasta la Pulchra Leonina, emblema de la ciudad, nos recuerdan que la botánica, las matemáticas, la química y la arquitectura dibujan nuestra localidad. Empezamos la ruta en la céntrica arteria de la ciudad donde se encuentra el recién inaugurado Museo de la Semana Santa yen la que reposa parte de la fachada del Seminario Mayor San Froilán: la calleMariano Domínguez Berrueta, que rinde homenaje al insigne Doctor en Ciencias físico -químicas,salmantino de nacimiento y leonés de adopción. Una placa de piedra lleva tallada un libro abierto, una planta y el nombre deestehombre de Letras yde Ciencias quien,enamorado de las gentes y de las tierras de laprovincia de León, escribió: «Regiones naturales y comarcas de la provincia de León». Domínguez Berrueta dirigió el Instituto Provincial de León, la Estación Meteorológica de la ciudad, fue nombrado Oficier d´Academie a propuesta del Observatorio de Parísy en 1905 organizó una visitade científicos de los Observatoriosastronómicos de la capital francesa y de Tolousse a la localidad de Cistierna, con motivo de un eclipse de sol.

Ya en la Plaza de Regla nos recibe, como un mandala que hemos de decorar, el impresionante rosetón de la Catedral, lugar preferido por los leoneses yvisitantes que recorrenla ciudad en busca del número π (Pi). Es muyfácil de calcular: divide los 25,12 m de perímetro de la circular obra de arte medieval entre sus 8 metros de diámetro y ¡ya tenemosel númeropi! que tiene hasta Día Internacional, el 14 del 3; por algo será.

Solamente con girarse 45 grados, el visitante descubre una verdadera fortaleza medieval: el antiguo edificio de Correos, buen ejemplo de la arquitectura modernista en la ciudad. Parasu construcciónel calcio ( Ca), el carbono(C)) y el oxígeno (O)se unen en armoniosa combinación formando el carbonato de calcio (CaCO3), presente en la caliza de Boñar.

Seguimos nuestro paseo con Ciencia para adentrarnos en la calle Dámaso Merino. Una elegante placa rememora a este insigne farmacéutico leonés que contrató al mejor arquitecto del momento, Juan Madrazo, restaurador de la Catedral, para decorar suimponente farmacia y diseñar una innovadora estufa de aire caliente destinada asu fábrica de productos químicos, una de las más importantes del panorama nacional. Junto a su nombre el escudo de León y un peregrino que indica que esta calle es también parte del Camino de Santiago a su paso por la ciudad.

Atravesamos la calle Cervantes para descubrir el jardín más romántico de la ciudad: El Parque del Cid. Una placa que reza: «Conducción hidraúlica descubierta en la Pza Puerta Castillo. Las paredes laterales y el fondo están realizadas en hormigón hidraúlico…» indica que estamos ante una gran obra de ingeniería y nos transportaen el tiempo 2000 años atrás.El control de agua en esa época se basaba en un sistema de calibres cuya unidad era la quinaria, que corresponde al agua proporcionada en un tubo de plomo (Pb) de 5/4 de dedo (un digitus= 1,8 cm de diámetro interior). En el jardíndel Cid«el agua fluye entre los tilos, los sauces, capiteles de un convento, dominando la muralla».

Caminando, caminando alcanzamos el puente medieval que nos lleva desde el Hostal de San Marcos, edificio donde en el siglo XIX inició su andadura la prestigiosa escuela de Veterinaria, a otra impresionante zona verde: el Parque de Quevedo, galardonado el pasado año con el Premio Internacional Green Flag Awardpor su excelente gestión ambiental. A la entrada del jardín, un panelquemuestra unainteresante «ruta botánica», nos lleva a conocer el Abedul blanco, apreciado durante el siglo XVI por su valor medicinal o el Ginkgo Biloba,árbol sagrado en la tradición budista del que se dice que sobrevivió a la bomba atómica de Hiroshima.

Paralizados nos quedamos cuando avistamos la paleta de colores azules y verdes del impresionantepavo real. ElPavo Cristatus, originario de los bosques de Asia, ya fuemencionadoen la Biblia como «animal doméstico, criado en muchos pueblos por sus bellas plumas».

¡Su cola llega a tener 150 plumas y hasta1,5 metros de longitud!

Continuamos la ruta científica en el evocador Paseo de la Condesa de Sagasta, considerado«Zonaecológica y sostenible». Dedicado a Esperanza de Sagasta, más conocida por estar casada conFernando Merino, importante político y farmaceútico de Léon, fue una mujer culta, de gran talento y capacidad,que practicaba su afición a la lecturacaminando entre los enebros y los arces de esteespectacular pulmón verde de la ciudad.

Paseandollegamos alJardín de San Francisco, el espacio verde más antiguo de la ciudad deLeón y en sus inicios campo de experimentación agrícola. De nuevo la botánica nos harádisfrutar de árboles centenarios como el Cedro del Atlas o el Castaño de Indias. Otra imagen para los que buscan cienciaes este lugar es la fuente de Neptuno. En sus orígenes ubicada enla plaza de la catedral, desde 1948 preside el parque aunandoel arte de la escultura del DiosNeptuno yla física en el ingenio hidráulico que nos hace disfrutardelagua que se alza en su empeño pordesafiar a la gravedad.

A la salida del parque, en la sede del Instituto Confucio, antesescuela de minas, una muestra de los objetos del futuro Museo Universitario(MULE) capta nuestra atención: la espectacular colección de mariposas, láminas murales zoológicas o el impresionante «laboratorioquímico portátil», utilizado enlos inicios de los estudios de Biología en la Universidad de León. Con él los investigadores realizaban análisis químicos de aguas y suelos, al igual que ya hicieranen el siglo XVIII el insigne químico británico Humphry Davy y el científico considerado, junto a su mujer Anne Pierrette Paulze, ‘padre de la Química Moderna’, el francés Antoine Lavoisier.

Y así,con ayuda denuestro ‘maletín químico’, seguiremos «analizando» otros espacios de Ciencia que habitan en la provincia de León.
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