León apocalíptico (V): El Bueno

Contraportada a cargo de Mario Paz González que pone el texto a la imagen de J.J. Rodríguez en el 'Retablo de fotógrafos' que aparece en las últimas páginas de La Nueva Crónica este verano

J.J. Rodríguez
03/08/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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El guión tendría el tono crepuscular de Watchmen, de Alan Moore. En cuanto al diseño, sería preferible huir del típico dibujo tradicional de superhéroes como los de Bob Kane para el primer Batman o Steve Ditko para las historietas originales de Spiderman, donde prácticamente todas las viñetas tenían un tamaño proporcionado, con colores vistosos, mostrando las imágenes de un modo un tanto teatral, escaseando los primeros planos y siendo lo más arriesgado el plano medio o el americano. Para esta historia encajaría mejor el estilo apocalíptico, de tonos sombríos, de Jim Lee, por ejemplo, para Batman, pero también para Superman, con esas viñetas que se superponen arracimadas unas con otras, que parecen amontonarse, querer huir del papel y que combinan con agilidad la gran riqueza de perspectivas y planos propia del cine de acción moderno.

En la primera página, varias imágenes con una breve leyenda en una esquina: ‘En algún lugar del sur de Europa en un futuro no muy lejano...’. La primera viñeta mostraría una ventana de madera entreabierta con algún vidrio roto. En las siguientes la estampa se iría ampliando, como un zoom que se aleja, hasta descubrir casi por completo un edificio rústico, de piedra, con el tejado que parece a punto de derruirse. Llamarían especialmente la atención las aberturas irregulares de buena parte de la fachada.

Al volver la página, en las dos siguientes, se vería el edificio completo, recortado sobre el fondo azul de un cielo con escasas nubes. En la base podría leerse: ‘Auditorio pueblo de León’.

Un individuo camina solitario a la derecha del edificio, vestido de negro, con sombrero y bastón. Es nuestro protagonista, al que poco después veremos puñal en alto con su traje de faena, típico uniforme de superhéroe enmascarado mallas y tonos oscuros (granate, negro...). La historia, desarrollada en las páginas siguientes, narraría el enfrentamiento de este personaje con el Mal encarnado en una sucesión de supervillanos, a cada cual más inverosímil, en una futura ciudad decrépita e involucionada hacia lo rústico. Diversos documentos intercalados con la acción explicarían el porqué de esta distopía.

Los habitantes de la ciudad, agradecidos, le habrían dedicado una fastuosa glorieta junto al río que antaño había homenajeado a un personaje medieval de olvidada memoria. El nombre del héroe (el anglicismo parece inevitable): ‘Good Man’, aunque el pueblo había preferido calificarlo, de forma más castiza, como ‘El Bueno’.
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