14/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Son muchas las cosas que nos unen a israelíes y españoles, ya sea por su pasada presencia en nuestro país hasta su expulsión por edicto de los Reyes Católicos en 1492, ya sea por su polarizada política.

Lekach: traducido al español como ‘pastel de miel israelí’, el lekach es una receta habitual del Rosh Hashaná (Año Nuevo espiritual para los judíos) que se lleva a cabo con azúcar moreno, café, miel, canela, nuez moscada, almendras, fruta confitada y algún ron o coñac…y como pueden ver está compuesto por multitud de ingredientes. De igual modo, la política israelí es un ejemplo perfecto de conformación de Gobierno con multitud de partidos de todas las tendencias ideológicas y de una menor o mayor radicalidad; esto se denomina en Ciencia Política: Sistema Polarizado.

Actualmente, para la conformación del Congreso Israelí (La Knéset [ha’kneset]), compuesto por una única cámara de 120 escaños), los electores hubieron de elegir entre más de 21 opciones de partidos: Likud, Avoda, Hatnuah, Shas, Maretz, Hadash, Balad, Kadima…haciendo que los diferentes partidos en la pugna electoral no consigan, por regla general, mayorías absolutas para conformar Gobiernos de una sola tendencia política. Por ello, están acostumbrados a negociar y establecer pactos estables, que de otro modo haría imposible una estabilidad política en Israel.

En breve estaremos anteelecciones Municipales, Autonómicas y Europeas, en las que lo común será la alta polarización de partidos para ocupar las diferentes instituciones para nuestra representación. Quitando casos muy específicos, normalmente de localidades pequeñas donde la elección del candidato es más personalista y no partidista, el resto de casos de villas y ciudades de mayor población, la conformación de los gobiernos estará determinada por los pactos entre partidos de diferentes tendencias ideológicas. Esto supone que el voto estará muy repartido entre las diferentes opciones, y que cada voto tendrá un valor importante para los partidos, que deberán luchar cada Escaño, Concejal, Pedáneo…con uñas y dientes.

El porcentaje de participación será determinante para determinar el futuro color de muchas comunidades autónomas. Tal y como expresa Sartori «la teoría de las coaliciones, es decir, no sólo la contigüidad de los partidos en un cierto orden (elemento que permite coaliciones mayores que las del tipo ‘minimum winning’ o de ganancia mínima), sino también hasta qué punto partidos adyacentes son similares o están cercanos unos de otros. Este último es el factor decisivo, puesto que determina hasta qué punto los miembros de una coalición pueden trabajar conjuntamente (y no sólo sentarse juntos), es decir, si las coaliciones tienden a ser heterogéneas no integradas y por ello discordantes, o, por el contrario, homogéneas, integradas y, por tanto, concordantes».

Finalizando nuestro análisis, realizaremos una pregunta clave:

¿Serán nuestras élites políticas capaces de negociar y conformar pactos de Gobierno, en los que el interés general esté por encima del particular o partidista?

Finalicemos con nuestra frase semanal, utilizando la de un ilustré político israelí, y deleitémonos con el ‘pastel de miel israelí’ aunque sea imaginariamente, y esperemos que la comparativa política ‘Israel-España’ quede alejada de la futura realidad que nos aguarda.

«Lo que estamos haciendo hoy es más que firmar un acuerdo: es una revolución. Ayer un sueño, hoy un compromiso». (Shimon Peres)

Pedro Villanueva es politólogo
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