Lavarse las manos

Nunca he sido original. Y es por eso que me llama poderosamente la atención la gente que es capaz por ejemplo de lanzar un concurso de ideas sobre el lavado de manos por parte de los profesionales sanitarios. Los leoneses están entre los premiados en la primera edición y ello no es cosa menor, puesto que se trata de una práctica de vital importancia dentro de su actividad diaria. Pero lo cierto es que no me sorprende tal reconocimiento, ya que los leoneses –y los españoles en general– somos expertos en lavarnos las manos ante las adversidades a las que debemos enfrentarnos. Tenemos un máster en búsqueda del culpable de todo lo que nos ocurre. Y curiosamente nunca lo encontramos en nosotros mismos. Qué casualidad, oiga. La responsabilidad siempre es del otro. Qué desgracia. Nos tienen manía, seguro. Hasta el Instituto Nacional de Estadística la tiene tomada con nosotros, ya que no cuenta todos los turistas que vienen a ver el no Grial, según explica la concejala que ni está ni se la espera y que se lava las manos en todo acontecimiento que no le genere lucimiento personal y/o rendimiento económico. Lo bueno es que los que hasta ahora tragaban con sus atropellos ahora ya no lo hacen. Pero de lavarse las manos entiende también el inane Mariano, que está deseando que haya nuevo presidente en la comunidad autónoma catalana, aunque sepamos de antemano que se va a cumplir la casi infalible máxima ‘otro vendrá que bueno te hará’. Pero en algunos casos eso es imposible.