Esta movilidad cotidiana cayó a mínimos durante el confinamiento de la primavera de 2020 y, a pesar de la campaña de vacunación, aún continúa lejos de recuperarse. Lo más llamativo de los datos publicados recientemente por el INE es que esta movilidad cotidiana fue más elevada en el primer verano de pandemia que en el segundo, recientemente concluido. En estos desplazamientos corrientes, los leoneses ejecutaron un dos por ciento menos de movimientos en esta temporada estival.
Más entradas que salidas
El mayor número de no residentes en León se contabilizó el día 28 de julio, con más de 85.000 desplazamientos a la provincia. Igualmente, el rastreo de teléfonos móviles realizado por el INE evidencia que el 30 de junio era cuando más leoneses salieron de su área de residencia en este verano, concretamente 83.428.
La media de estos movimientos cotidianos realizados por los leoneses en el verano recientemente cerrado ha sido de 68.614. Más elevado ha sido el flujo de entrada, con un promedio de 72.052 no residentes en algún punto de la provincia en los miércoles y los domingos analizados por el INE. Comparado con la temporada estival de 2020 se advierte un claro descenso, en torno a los 10.000 desplazamientos, en la movilidad cotidiana del segundo verano de pandemia en León.
Del mismo modo, el estudio del INE pone de relieve que a lo largo de este verano se han producido más entradas que salidas en la provincia de León. Así, solamente en dos de las 27 fechas analizadas, ambas a comienzos de septiembre y por un margen muy estrecho, el número de visitantes fue superado por el de los leoneses que se encontraban en otra área diferente a la de su residencia habitual.
En el lado opuesto de la balanza, la primera quincena de agosto fue cuando León ganó más población debido a esta movilidad cotidiana. De hecho, este flujo de desplazamientos de entrada se saldó con 9.000 personas de fuera de la provincia en suelo leonés que los residentes que habían salido de las fronteras provinciales. En ocho de las fechas estudiadas el crecimiento de población se situó por encima del uno por ciento, todas ellas entre el 25 de julio y el 22 de agosto.
Tanto en este verano como en el pasado, la movilidad cotidiana todavía continúa lejos de aquella normalidad perdida hace ya más de año y medio. No obstante, el final de las restricciones y la confianza generalizada en que las vacunas consigan poner punto y final a la pesadilla colectiva irán acercando poco a poco estos desplazamientos del día a día a lo que eran antes de la irrupción del coronavirus.