08/06/2021
 Actualizado a 08/06/2021
Guardar
Hubo un tiempo en el que, a la hora de valorar las diversas asignaturas, a tres de ellas se les conocía como ‘las marías’: la religión, la política y la gimnasia. En el fondo se les consideraba como secundarias y fáciles de aprobar. Sin embargo, pocas cosas hay tan importantes como el cuidado del cuerpo, que es uno de los objetivos de la educación física junto con todo lo relativo al deporte. En cuanto a la política, por mucho que critiquemos a nuestros políticos, con razón o sin ella, nadie podrá poner en duda de que es absolutamente necesaria para organizar y ordenar la vida social y económica. Y otro tanto podemos decir de la asignatura de religión, que trata de dar respuestas a las grandes preguntas del ser humano sobre el sentido de la vida. Pero es que, además, si se toman en serio, requieren bastante atención y esfuerzo para aprobar o sacar buena nota.

Por otra parte mucha gente, que habla con bastante frecuencia de estos temas, cree que sabe y por eso opina con mucha ligereza, pero suelen hacerlo desde el más absoluto desconocimiento. Así, por ejemplo, el estudio serio de la religión está íntimamente relacionado con conocimientos de geografía, historia, literatura, filosofía en todas sus ramas (metafísica antropología, ética, epistemología, cosmología…), arte, música, arquitectura, ciencias naturales, psicología, pedagogía, derecho… y, por supuesto, de lenguas clásicas como el hebreo, griego y latín.Esto no es broma. Por eso en la formación de los sacerdotes estas asignaturas tienen muchísima importancia.

La ignorancia religiosa, que a veces se comporta como una verdadera plaga, es verdadera ignorancia, porque significa marginar y desconocer una parcela muy importante de la vida humana. Incluso para poder criticar a la religión es preciso conocerla. No solamente la religión católica, sino todas las religiones. Por cierto que también las estudian los alumnos de religión católica para ver en un sano diálogo todo lo que hay de bueno en común entre ellas, o las diferencias. La crítica desde la ignorancia no tiene valor alguno.

Decimos esto porque ahora es el momento en que los padres, a la hora de matricular a sus hijos en los colegios, tienen la opción de elegir la asignatura de religión. El no hacerlo significa que sus hijos van a tener una formación incompleta, que no van a adquirir criterios para poder valorar algo tan importante e influyente en la vida de las personas y en la sociedad como la religión, aunque solo fuera desde el punto de vista meramente cultural.
Lo más leído