Las segundas elecciones de Isaac en Villabraz

Pasaban las diez y veinte de la mañana y no había ni un gato por las calles de Villabraz. El sol desde primera hora del día no había desperezado aún las calles de este pequeño municipio del sur de León. Eso sí, para ser domingo, un ambiente inusual en el Ayuntamiento. Sus puertas, abiertas de par en par y en ella el cartel naranja que indicaba que allí se votaba. Una hora y veinte después de que se abriesen las urnas solo habían votado cuatro vecinos de los 94 que están llamados a elegir alcalde, pedáneos, representantes europeos y autonómicos.

Esta vez como presidente de mesa está Alberto, un joven de 28 años que está censado en Alcuetas, su pueblo y pedanía de Villabraz. “Una experiencia nueva” la de estar al tanto del transcurso de los comicios de este 26 de mayo. Vive en Valencia de Don Juan y es mecánico pero es asiduo a su pueblo al que no renuncia. La jornada se plantea larga, pero también tranquila. Frente a él y sus compañeros de mesa, cuatro urnas para cada uno de los sobres que deben depositar los vecinos del municipio. Estos llegan a cuenta gotas, y el quinto voto lo ejerce Isaac, para quien en su vida es en realidad el segundo. “Voté otra vez y esta, dos veces en toda mi vida”, comenta. Al ponerse frente a la mesa se da cuenta de que dejó el DNI en el coche, media vuelta y a buscarlo.

- Isaac, ¿cuántos años tiene? ¡18!
- Sí, pero al revés y suma dos.

83 años en los que no ha dejado de sentirse de Alcuetas, su pueblo, en ningún momento. También vive en Valencia de Don Juan pero nada más levantarse lo primero que hace es coger el coche e ir hasta su pueblo. Allí almuerza, atiende las gallinas, da una vuelta por la bodega...

Hace cuatro años en el municipio de Villabraz votaban para elegir 5 concejales, esta vez saldrán solo tres elegidos. “Éramos 116, ahora ya bajamos de los 100”, explican quienes conforman la mesa electoral. “Aquí la despoblación no es nueva por mucho que parezca que los políticos acaban de descubrirla. Aquí llevamos padeciéndola mucho tiempo y no desde que vienen aquí a los pueblos a subirse a un tractor y a hacer el ridículo”, comenta un vecino del pueblo que lo tiene claro: “Nadie ha hecho nada para evitarlo y ahora...”. Agacha la cabeza, da media vuelta y Alberto el presidente de mesa no se resiste a comentarlo: “Llevamos años en la boca del lobo, ¿y ahora, qué?”.

Ahora Isaac vuelve a su coche tras haber votado por segunda vez en su vida. Por delante tiene el domingo para almorzar y acercarse a la bodega, donde las puertas siempre están abiertas para sus vecinos y amigos. “Y esto es lo que hay, hija”.