Las raquetas son para el invierno

Una ruta inclusiva y para raquetas: el valle del Celorno y un tramo de la Cervatina

Vicente García
08/02/2019
 Actualizado a 17/09/2019
La Cervatina es una gran opción para las raquetas de nieve. | VICENTE GARCÍA
La Cervatina es una gran opción para las raquetas de nieve. | VICENTE GARCÍA
Con las recientes nevadas es preciso llevar a cabo rutas sobre la nieve, que se puede encontrar de modos diferentes de acuerdo con el tiempo desde que ha caído. Las primeras nieves sin posar pueden ser más pesadas y difíciles de andar, además de los peligros que puede representar el paso por lugares en los que pueden caer aludes, pues la ventisca carga las zonas altas creando viseras que al romperse arrastran la nieve ladera abajo.

En numerosas ocasiones en estas mismas páginas se ha comentado la diferencia que supone hacer una misma ruta en condiciones normales o con hielo o nieve. Cuando la nieve está demasiado blanda es importante utilizar raquetas para no hundirse en ella, y aunque mejora el caminar hay que procurar mantener correctamente el equilibrio, teniendo en cuenta además que con las raquetas trabajan músculos que habitualmente no lo hacen.

Conviene informarse antes de salir acerca del estado de la ruta y para ello nada mejor que acudir a las casas del parque en Puebla de Lillo donde amablemente darán la correspondiente información.


Comienza la ruta en la localidad de Puebla de Lillo, saliendo en dirección Oeste, como para ir a la Cervatina o a la subida del Susarón. Nada más salir del casco urbano hay una buena fuente y un cartel alusivo a la parte inclusiva de la ruta, continuando por la pista paralela al río. Antes de cruzar el arroyo hay un cartel de la Cervatina y sale un camino hacia la derecha, que es el que se debe seguir. La primera parte es cómoda y llana, va entre praderas, aunque con la nieve no se puede ver, así como bosques de jóvenes robles. De vez en cuando hay bancos para sentarse cuando no hay nieve y un área de descanso donde se ha colocado el cartel alusivo a la ruta con su versión en braile. Poco a poco el terreno de praderías va mermando para encajonarse al final de la ruta inclusiva, donde se dan la vuelta quienes vayan en silla de ruedas o con cochecitos de niños.

A continuación hay una pequeña rampa con la cancilla que indica que el trabajo está realizado por la Junta Vecinal de Puebla de Lillo en 2015, cosa que es de agradecer, aunque aún puede dotarse de una mejor señalización, sobre todo en época de nieves.

El terreno de praderías va mermando para encajonarse al final de la ruta inclusiva, donde se dan la vuelta quienes vayan en sillas El sendero baja desde la portilla hasta la altura del arroyo y es en este tramo donde, en época de deshielo, podría estar anegado, aunque siempre se puede ir un poco más arriba, pero en el enlace de la zona rocosa podría haber problemas, por ello se aconseja en dicha época informarse en las casas del parque acerca del estado de la ruta antes de aventurarse en ella.

A partir del momento en que la ruta gira a la izquierda ligeramente, paralela al río, bajo los elevados farallones rocosos, el estrechamiento se hace mucho mayor y la senda va pegada al arroyo, de tal modo que en algunos tramos ha sido conveniente poner barandillas metálicas para evitar el peligro de resbalones y caídas al agua si hay hielo, a continuación el sendero se introduce en una zona de bosque de hayas muy bonito y poco pendiente para, al final, comenzar una subida, donde también han puesto barandillas, pero de madera, y en un momento terminan aunque hay que seguir subiendo en una zona que con la nieve podría estar mejor señalizada, hasta alcanzar una pradera con un cruce de caminos donde ya hay un cartel con las direcciones a seguir: el camino de arriba hacia el Este, que va entre las rocas hacia Puebla de Lillo, el de las colladillas hacia el Norte y el que va a la ermita de Pegarúas hacia el Oeste. Se sigue hacia el norte, cuesta arriba para alcanzar las colladillas y la laguna de Agüezo, desde donde se ven las montañas de San Isidro y detrás el Susarón.

El tramo siguiente es de descenso, pasando al lado de la laguna y siguiendo hacia los prados de la vega, bajando hasta el camino de la Cervatina que viene desde los tejos y baja hacia el río Silván. Antes de llegar a la altura de una caseta forestal enclavada en un pequeño alto, se sigue una senda a la derecha, bajando al camino que va por las laderas de la Peña Redonda, desde donde se ve toda la vega y la carretera, siguiendo a continuación bajo la Peña del Águila hasta llegar a la altura del Polígono Industrial Entrerríos, donde se puede cruzar el puente y seguir por la carretera, o bien continuar por el camino paralelo al río Silván hasta entrar en Puebla de Lillo y continuar hasta el inicio, donde se cierra el círculo dando por finalizada la ruta.
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