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Las pocas cosas que llegaban...

26/09/2019
 Actualizado a 26/09/2019
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Profetizaba Gabriel García Márquez en ‘El coronel no tiene quien le escriba’ que octubre era una de las pocas cosas que llegaban. Un melancólico presagio que, como cada año, está a solamente unos pocos días de cumplirse de nuevo. Esta cita recuerda que los colores apagados del otoño y ese frío que obliga a resguardarse, todo lo malo vaya, tarde o temprano regresan. Pero, sin ser independentista catalán, debo reconocer que el primero de octubre es también desde hace una vuelta al sol una fecha especial para mí, dando un vuelco a lo que el coronel y yo esperábamos de cada octubre.

Hace un año comencé a juntar letras en este periódico y me ha parecido apropiado juntar otro puñado de ellas para celebrarlo aquí. No quiero ser tan ‘bienqueda’ de hacer una columna cacareando lo feliz que soy y demás medias verdades, básicamente porque si algo voy asumiendo en estos 28 años es que solo entiendo la felicidad en las calles de mi pueblo. No obstante, eso no quita para poder estar agradecido por trabajar en un lugar en el que se busca una entelequia llamada verdad. Tal vez este periódico no sea (de momento) el que tiene más lectores de León ni el que pesca más clics, pero os garantizo que las personas que trabajan aquí se preocupan porque tú, leonés, leas lo que más se parezca a la verdad sobre lo que pasa en esta provincia.

Y es que el grado de verdad es, o debería ser, la única vara de medir en esta profesión. No la OJD, tampoco el ‘analytics’. Y aunque solo fuera por ello, el equipo humano que hace posible que este periódico salga cada día a los quioscos es realmente bueno en lo suyo. Ahora que quito la ‘L’ me tomo la libertad de recordárselo. Esas personas, a las que hoy llamo compañeros, son las mismas que me hacen posible terminar estas líneas como las empecé, con otra conocida frase de ‘Gabo’: «El periodismo es el mejor oficio del mundo».
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