Las Palmas 2 - 1 Ponferradina: 'Otro naufragio en las islas'

La Deportiva mostró su peor cara ante Las Palmas en un encuentro que los canarios encarrilaron en media hora / Agus Medina recortó distancias a cinco minutos del final

Alejandro Cardenal
25/09/2021
 Actualizado a 25/09/2021
Dani Ojeda intenta mantener la posesión del balón rodeado por varios rivales. | LA LIGA
Dani Ojeda intenta mantener la posesión del balón rodeado por varios rivales. | LA LIGA
No le sientan bien las islas a la Deportiva. El conjunto berciano cosechó su segunda derrota de la temporada (2-1) ante Las Palmas en el Estadio de Gran Canaria, un campo que volvió a demostrar estar ‘maldito’.

Y es que si ante el Tenerife dos goles nada más empezar la segunda parte condenaron a los blanquiazules, esta vez fueron dos tantos en menos de 25 minutos los que pusieron demasiado cuesta arriba un partido en el que los de Jon Pérez Bolo mostraron una fragilidad defensiva que parecía cosa del pasado.

El partido no pudo empezar peor. Se crea o no en brujas y maleficios, después de un expediente ‘x’ como el de este sábado resulta difícil no darle un poco de crédito a aquello del haberlas, haylas. De hecho, lo de la Deportiva en Gran Canaria empieza a no tener otra explicación.

Solo así se puede llegar a entender por qué, un equipo que llegaba a la isla después de haber encajado tres goles en las cinco primeras jornadas y haber secado a dos equipos con ‘dinamita’ arriba, hiciese aguas de semejante forma en la primera media hora.

Se crea o no en brujas y maleficios, después de un expediente ‘x’ como el de este sábado resulta difícil no darle un poco de crédito a aquello del haberlas, haylas

Un minuto duró la igualdad. En un exceso de confianza imperdonable, Pascanu perdía el balón a pocos metros del área y ponía en bandeja de plata un contragolpe letal que finalizaba Pejiño con clase.

Imposible hacer más en menos tiempo. El ariete, lesionado, se tuvo que retirar del campo poco después, pero antes de hacerlo dejó bendecido a su sustituto, un Peñaranda que en el primer balón que tocó dejó el partido prácticamente visto para sentencia.

Lo único bueno de tocar fondo tan rápido es que, con una hora por delante, todo es posible. Y si bien a la Deportiva todo lo que podía salirle mal, le salió peor, si algo no se le puede reprochar es que lo intentó.

Ya antes del segundo tanto de los canarios Yuri había estado a punto de sorprender a Raúl Fernández con un disparo cruzado y sin nada que perder, los bercianos no bajaron los brazos y se lanzaron en busca del gol que les devolviese al partido.

Que a Bolo no le gustó nada cómo abordaron los suyos el choque quedó más que claro con el triple cambio que llevó a cabo tras el descanso

Y a punto estuvieron de encontrarlo. Al filo del descanso, Naranjo, que había estado desaparecido, se sacó de la chistera una volea desde la frontal que obligó al guardameta canario a lucirse. En el saque de esquina posterior, con un lanzamiento que recordó al del segundo tanto ante el Málaga, el balón se paseó por la línea de gol, pero esta vez no hubo nadie para empujarlo.

Pese al intento de reacción, que a Bolo no le gustó nada cómo abordaron los suyos el choque quedó más que claro con el triple cambio que llevó a cabo tras el descanso, una ‘revolución’ que no sirvió de nada.

Y es que en la segunda mitad los blanquiazules apenas lograron inquietar a Raúl mientras Las Palmas, cuando se lo propuso, llegó con relativa comodidad a los dominios de Amir. De hecho, el iraní mantuvo a los suyos en el choque desviando lo justo un disparo de Jonathan Vieira que terminó estrellándose en el palo izquierdo.

Cuando el partido daba los últimos coletazos llegó el tanto de Agus Medina. El centrocampista aprovechaba la marcha de Ríos Reina y recortaba distancias a balón parado, un gol que llegódemasiado tarde.

Con menos de cinco minutos por delante, la remontada fue una ‘quimera’. Con Yuri y Naranjo ya en los vestuarios, la Deportiva echó en falta una referencia que metiese miedo a los canarios, que vivieron una recta final del choque bastante plácida pese a lo estrecho de un marcador que no se movió más.
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