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Las orejas del lobo

03/10/2021
 Actualizado a 03/10/2021
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Allá, a mediados de mayo, Luis Tudanca, el ‘amo’ regional de los socialistas castellanos y leoneses –que no falte la ‘y’ copulativa en el desnaturalizado gentilicio, adaptado con calzador– señalaba que su partido (el de Pedro Sánchez) –es importante matizarlo porque el PSOE sensato y equilibrado, nada tiene que ver con la actual y majadera deriva, auspiciada por el falsario presidente del Gobierno y demás adláteres unidos– «estaba a otra cosa». Y lo indicaba cuando se le requería sobre las mociones, que en cascada, iban a presentarse en los ayuntamientos de la provincia a favor de la autonomía de León. En definitiva, el Palacio de los Guzmanes era el eslabón final y el objetivo de la tan perseguida y añosa reivindicación, donde, tarde o temprano, tendrá que llegar a su salón de sesiones para ser deliberada por los diputados (y diputadas) de los cuatro grupos políticos: PSOE, PP, UPL y Cs. No obstante, ya se verá a qué clavo ardiendo se agarran algunos.

Y es más. En este supuesto, mocionar y respaldar el debate en el pleno de la Diputación, es obligado por parte de la Unión del Pueblo Leonés en la voz de su ‘representante’ y ‘vicerrector’ 1º de la institución, el incombustible Matías Llorente, a pesar de las nugatorias hilvanadas del presidente del organismo provincial y vicesecretario general del Partido Socialista, Eduardo Morán, y de su vicepresidente 2º, el sistematizado Nicanor Sen, alcalde de Cistierna, quien, en enero último y en comandita con los conchabados del PP –otros que tal verbenearon en su día sobre el asunto– rompieron en mil pedazos la ensoñación de la mayoría de sus administrados.

Pues bien. En poco más de cuatro meses ha cambiado el cuento para los socialistas. Ahora, ante la catástrofe a que podría abocarles las próximas elecciones municipales y autonómicas de continuar en su línea negativa para con León, modifican el paso y se trasmutan en un leonesismo hojalatero, barato e interesado. Se han caído del guindo. Y porque saben que mucha gente les daría la espalda al introducir el voto en la urna. Que para eso, naturalmente, están los sondeos, las encuestas (de verdad) y hasta el sentir de la calle, que es donde se pulsa el ánimo y el sentir social.

En definitiva, que el PSOE provincial (y el autonómico) se la ha tenido que envainar ante la postura inequívoca del alcalde José Antonio Diez –al que tenían masacrado por su declarado leonesismo– y, con ello, entreabrir la puerta –un poquito– para cambiar el discurso. Y todo muy a su pesar, cierto. Pero es lo que hay. En resumen, o se identifican más con León y sus legítimas aspiraciones o sálvese quien pueda. Y eso es muy duro cuando el poder está en juego. Durísimo y traumatizante.
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