Las mujeres piden paso en la investigación universitaria

La paridad de género en el número de investigadores en la ULE se rompe en la coordinación de proyectos, en los que solo un 34,4 % tienen dirección femenina

Víctor S. Vélez
20/11/2018
 Actualizado a 16/09/2019
Una investigadora de la Facultad de Biológicas de la Universidad de León. | ICAL
Una investigadora de la Facultad de Biológicas de la Universidad de León. | ICAL
Investigar en las universidades no siempre es compatible con ser mujer. Al menos sí que parece evidente la existencia de ciertos handicaps a la hora de conciliar un proyecto de familia con dedicarse en cuerpo y alma a un proyecto de investigación.

Algunas investigadoras de la Universidad de León (ULE) han contado a este medio su experiencia y sus reflexiones sobre qué supone la condición de mujer en su trabajo diario. Los problemas aparecen sobre todo en aquellas que se dedican a la investigación científica.

La doctora María Martínez Valladares es investigadora en la Facultad de Veterinaria y considera que es "menos aceptado socialmente" que la mujer haga sacrificios personales para priorizar su trayectoria profesional. "Casi siempre es incompatible el proyecto personal con la ciencia. Sacrificios como viajar al extranjero para congresos, estudios… Ser mujer no lo pone nada fácil", comenta la investigadora.

Para esta científica el problema viene al acabar la tesis doctoral, cuando en torno a los 30 años se comienzan a plantear la necesidad de formar una familia. "Muchas veces es incompatible el proyecto familiar con la ciencia", señala.

En el año 2018 en la ULE hay 666 investigadores, de los cuales 314 son mujeres. Un 47 por ciento, que se reduce notablemente al escalar hasta puestos de responsabilidad. De los 96 grupos de investigación existentes en la Universidad, solo 33 están coordinados por mujeres, un 34,4 por ciento.

Techo de cristal


Estos porcentajes son menos paritarios en la ciencia, corroborando los testimonios de las investigadoras, puesto que la presencia de mujeres se reduce a un 42,6 por ciento. En el caso de investigadoras principales que coordinen grupos de ciencias no llegan ni a una cuarta parte, un 24,1 por ciento. Las mujeres se encuentran con un techo a medida que va creciendo la responsabilidad que pone de manifiesto la pérdida de equidad. "Hay más mujeres que están cursando estudios universitarios que hombres, en algunas titulaciones suponen más del 80 por ciento. Empiezan más mujeres pero la tendencia a medida que se desarrolla la carrera como docente o investigador es a la baja. Hay un momento en el que se invierte y ese punto de inflexión suele coincidir con el final de la tesis, cuando comienzan los proyectos de familia y las bajas de maternidad", opina la investigadora Martínez Valladares.

El Plan de Igualdad elaborado por la Unidad de Igualdad de la Universidad de León tiene entre sus objetivos principales el compromiso institucional de favorecer el nombramiento paritario de hombres y mujeres para el desempeño de puestos de responsabilidad. Igualmente, en su ficha de acción número dos, establece de manera inequívoca "favorecer que en la dirección de proyectos de investigación haya una presencia equilibrada de hombres y mujeres".

Mayores facilidades en Letras


Ana Belén Casares, investigadora de Derecho en la ULE, considera que cualquier carencia o falta de financiación es compartida por hombres y por mujeres. También asume que investigar es más fácil en las ciencias sociales. "Quizá la investigación en las ciencias sociales es más fácil para las mujeres que en la ciencia. Por ejemplo, la investigación jurídica se puede sacar fuera del despacho, no hay que hacerla necesariamente en un laboratorio", asegura.

Esta investigadora participa en un proyecto de derecho administrativo y considera que "nunca ha recibido un trato peor" por su condición de mujer. Casares reconoce que cuestiones como el embarazo sí suponen un «parón importante» en la carrera investigadora, pero cree que con los años se está avanzando en favor de la igualdad. "Cuando empecé en la investigación, el 98 por ciento eran hombres pero con el tiempo se ha ido igualando. El número de mujeres catedráticas o investigadoras ha ido aumentando considerablemente en los últimos tiempos", señala esta investigadora de ciencias sociales.

Casares pone el foco en cuestiones como el "sistema enloquecido" de Bolonia que dificulta la conciliación y cuyas "deficiencias como modelo educativo" afectan tanto a hombres como a mujeres. Por su parte, las investigadoras de ciencias también señalan problemas compartidos como la búsqueda de financiación, los escollos económicos o "una excesiva burocracia que está aplastando tanto la investigación como la docencia".

Trabajo "de igual a igual"


En la ULE, 60 mujeres se dedican a la investigación científica, otras 74 a las ciencias de la salud y 38 son investigadoras de ingenierías. Según las sensaciones de estas investigadoras "en ciencia hay más mujeres sin hijos que en otros campos" y consideran "fundamental" que exista apoyo familiar para el éxito de una carrera investigadora. "Hay muchas parejas que no lo entienden", señala la investigadora de Veterinaria.

La gran mayoría de grupos de investigación son mixtos, pero mientras existen ocho proyectos compuestos exclusivamente por hombres, no hay ninguno en el que los miembros sean únicamente femeninos. Un caso particular es el del grupo de robótica de la ULE, que cuenta con siete miembros del personal docente y la única mujer es, además, su coordinadora. Camino Fernández Llamas dirige un ámbito que "tradicionalmente está compuesto y liderado por hombres", pero asegura que en su grupo se trabaja "de igual a igual". "Todos nos apoyamos y colaboramos. Todas las piezas son importantes y yo hago de pegamento para cuando las cosas no salen bien intentar que veamos el lado positivo", explica la coordinadora.

Camino Fernández considera que la diversidad en la investigación es positiva y "tener puntos de vista diferentes ayuda a la dinámica del grupo de trabajo". No obstante, reconoce que hombres y mujeres son diferentes en la forma de trabajar y organizarse.

La coordinadora de robótica coincide con la investigadora de ciencias sociales en la "especial brillantez" de las investigadoras de la ULE y en que, en muchas ocasiones, la "presión de ser menos las motiva a ser todavía mejores". Ahora, se plantea el reto de seguir consolidando ese talento femenino para la investigación y que la condición de mujer no suponga ningún obstáculo para desarrollar y capitanear sus proyectos.
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