Las mejores "sombras"

Los árboles son, seguramente, los grandes olvidados de nuestro patrimonio. Joyas espectaculares repartidas por todo el territorio que reivindica este mes el MSM

Fulgencio Fernández
17/06/2019
 Actualizado a 18/09/2019
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El tejo de San Cristóbal, el roble del Sestil de la Mata, el espino maetero de Villardefrancos, el roblón del Prao Barrial, el xardón del Peruchín, el pino negro de La Llera, la potrona de Valdelajo, el plagamón del canal deTrea de Caín o el bosque de alcornoques de Zufreiros del Frade, por citar unos pocos de las decenas y decenas que se podrían enumerar sin salir de la provincia de León, deberían ser destinos tan conocidos como otros muchos de los elementos de nuestro patrimonio. Con el añadido, en su caso, de que estas joyas de nuestro patrimonio natural nos conducen a su vez a parajes cargados de encanto, bosques que albergan árboles, leyendas, historias y recuerdos de todo tipo.

Si quien «a buen árbol se arrima buena sombra le cobija» podríamos concluir que estamos hablando de las mejores sombras que podríamos encontrar por todos los rincones de la provincia, que en este campo la riqueza está muy bien repartida.

Esta realidad es la que ha llevado al Museo de la Siderurgia y la Minería de Sabero a dedicar buena parte de las actividades del mes de junio a los bosques, recordando que «durante décadas los bosques fueron parte esencial de la minería del carbón, proporcionando la madera necesaria para la sujeción de las galerías y otros trabajos mineros».

Sus propios nombres son muy sugerentes: el roble del Sestil, el espino maetero de Villardefrancos, los zufreiros del Frade, el xardón del Peruchín, el plagamón de la Trea... Así, por ejemplo, se ha proyectado el documental ‘El bosque de los robles centenarios’, el primero que se ha rodado en la Reserva de Paleolítico Vivo (Salgüero de Juarros, Burgos), donde los viejos y ramificados robles son el resultado de cientos de años de podas y ramoneos por parte del hombre para dar de comer con sus hojas al ganado. Este viejo robledal es el hábitat de multitud de especies animales que buscan entre su espesura o en sus praderas el alimento necesario para la subsistencia».

También ha organizado un curso de iniciación a la dasometría, la ciencia forestal que se ocupa de la medición de los árboles y masas forestales, tanto del volumen como de su crecimiento y de las relaciones métricas y leyes que rigen éste.

Y un trabajador del MSM, José María Escapa, es uno de los mejores conocedores del patrimonio natural de la comarca y más allá. De su mano disfrutaron los participantes en una más que documentada ruta por los árboles singulares de la Montaña oriental leonesa.

Árboles singulares

Y una iniciativa que abarca todo junio es el Libro del Mes, también dedicado a los árboles y los bosques, ya que el volumen recomendado es precisamente ‘Árboles singulares de Castilla y León’, señalando al ‘justificar’ esta recomendación que «Castilla y León cuenta, debido a su gran extensión y variedad de climas, altitudes y suelos, con un gran número y variedad de árboles y bosques, desde pinares de alta montaña hasta encinares adehesados, hayedos de cuentos de hadas, algunos de los abedulares mejor conservados de toda Europa o excepcionales bosques de ribera, entre otros».

Dentro de esta evidente variedad, señalan desde este museo también de carácter regional, que «dentro de las variedades de árboles y bosques apuntadas existen ejemplares de árboles centenarios y monumentales que destacan por sus dimensiones, su avanzada edad, su historia o su peculiar forma. Para ayudar a su protección, conocimiento y puesta en valor, la Junta de Castilla y León creó en el año 2003 el ‘Catálogo de especímenes vegetales de singular relevancia de Castilla y León’», creado por la Consejería de Medio Ambiente en el año 2003.

Burgos, León, Segovia

Como se puede ver en los gráficos incluidos en la aplicación, las especies más representadas son las encinas, seguidas de robles, rebollos, castaños, quejigos y pinos. Por provincias, las de Burgos, León, Segovia y Soria son las que cuentan con un mayor número de árboles singulares.

Y uno de los frutos de esta iniciativa es el libro elegido como lectura del mes por el MSM, ‘Árboles singulares de Castilla y León’, «una obra de gran formato, editada por la propia Junta,que contiene un riguroso estudio de los 143 árboles singulares que forman parte del citado catálogo» y al que tendrán acceso todos aquellos que participen en la iniciativa lectora, con la ventaja ofrecida por el museo de que ofrece la posibilidad de préstamo del volumen durante diez días.
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