Habrá que creer que sí son tiempos diferentes, por lo que sea. Mientras en las vacaciones de verano la noticia que se repite es que se multiplica el abandono de perros -en carreteras y gasolineras, en montes y caminos- en estas fechas navideñas una estampa muy repetida es la de gente paseando a sus perros, en familia, cogidos de la mano, los tres.
Y nunca faltan en los resúmenes del año, con los que las teles llenan estas fechas de loterías y roscones, algunas de esas historias mágicas que nos hacen repetir que, sin duda, el perro sigue siendo el mejor amigo...
No faltan las fidelidades de perros que no se separan de la tumba de su dueño, hasta el récord de 14 años del terrier Bobby; de aquellos que escarban en el suelo para estar más cerca de él... A este año tampoco le ha faltado su historia, la de Fido, el perro del carpintero que se iba cada día a trabajar en tren y Fido le acompañaba a la despedida y le esperada al regreso, cada día, sin faltar ni uno solo.Fido estaba en el andén, su dueño le saludaba y el perro saltaba feliz. Un día el carpintero no regresó y Fido sigue esperando en el andén, no hay quien le arranque de allí.
No extraña con estas historias que la estampa sea de tres. Que el paseo sea de tres. Que la conversación sea de tres. Que los arrumacos sean para tres. Que los abrazos sean de tres.
Agradeciendo las bellas historias que siempre nos regala uno de ellos.
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