Las luces coloradas

La municipalidad tenía que tener más cuidado con las cosas que hace. No se puede andar haciendo anuncios sin pensar en la trascendencia de los mismos. Ahora mismo, a mi persona física la acaba de mandar al paro o, dicho de otra manera, resulta que no me dejan bajar a trabajar.

Ya sabéis que en Grupo de Filósofos de lo Rural Sin Obra Publicada hay un sector que además son solteros por vocación que en vez de ir a los viajes del Inserso a ver alemanonas que echan más humo que los Wolswaguen antes de trucarlos pues son muy partidarios de hacer las excursiones en grupos más reducidos, concretamente los que entran en un Seat 124 TSAmarillo con Turbo y pegatina cular de ‘Rincón por Rincón... León’.

¿Destino?Los bares de luces coloradas con señoritas que fuman, no puede haber otro. Hasta tal punto que cuando el coche baja camino de la capital –por ejemplo a llevar a la señora madre de uno de los filósfos al oculista de pago–y se encienden las luces coloradas en el horizonte el propio vehículo hace un FernandoAlonso, se sale de la trazada y se avera él solo contra la puerta metálica y brillante del lugar en cuestión, con nombre exótico y que paga por hostal.

Pues ahora el Ayuntamiento anuncia como gran obra del inicio de la legislatura (sic)que «va a poner luces de colores en la plaza de Santo Domingo», que ahí es donde trabajo yo, bueno donde trabajaba, que ahora resulta que no me dejan coger el ZX porque se me desboca a luces.