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Las listas y los ‘listos’

12/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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El miércoles se presentaba la candidatura del Partido Popular al Ayuntamiento de León. Es una manera de señalar, con los segundos apellidos, la lista que ha ordenado Antonio Silván para concurrir a las municipales. Eso sí, refrendada por la organización pero muy contestada por sectores afines.

Dicho esto, cada cual elabora a su gusto la relación de los nombres que quiere tener a su lado. Es legítimo. Y se supone que lo hace poniendo el mayor énfasis en la decisión tomada para hallar el éxito. Que se alcance o no es cuestión de diversos factores que, en lo que respecta a Silván, tienen un recorrido público de cuatro años atrás al frente de la municipalidad.

Ahora bien, lo que no encaja en la determinación del todavía alcalde es el número que ha registrado para el expresidente de la Diputación, Javier García-Prieto: el diez. Sin vaselina. Un guarismo con serias dudas –muy serias– de que pueda recoger la medalla y la banda el día en que se constituya la nueva corporación. Por el contrario, y cuando nadie lo esperaba dados los antecedentes y hechos, ha colocado en uno de salida a quien le ha buscado las vueltas, le ha creado problemas y sinsabores y hasta le ha hecho mala sangre. Y es mujer con nombre de flor del campo. Sí, la misma. Esa. No hay otra.

De modo, que García-Prieto está a un paso de quedar injustamente amortizado. Y quizá para los restos. Porque si alguien se ha pateado la calle y conversado con todo el mundo es él. Con naturalidad y cercanía. Le sobra crédito y le gusta convivir en el mismo entorno de las personas anónimas, con los vecinos, que es lo difícil. Y, ojo, sin sonrisas impostadas. Algo que ningún munícipe –al margen de sus obligaciones institucionales– ha llevado a cabo.

Analizada la cuestión de una manera táctica y no teórica es uno de los errores más acusados de Silván en su deseo de continuar como amo de la Casa Consistorial. Y la razón es que Javier García-Prieto tiene predicamento por sí mismo y mayor tirón popular que ninguno de los aspirantes a concejales. A Javi –como le llaman los más próximos– se le quiere y se la valora allí por donde vaya. Y va, hablando de León, por todos los sitios, por todos los barrios. En el sentido cariñoso de la palabra, un ‘pispo’ ambulante.

La decisión podría acarrearle al PP un disgusto. Una fuga notable de votos por causa de que habrá quien al pensar que García-Prieto no llegue a estar en el salón de plenos de San Marcelo al ser el décimo de la lista, opte por modificar la papeleta y entregársela a otro partido de corte parecido. El eco empieza a invadir la ciudad. Y el tiempo, cada vez más cercano, dictará sentencia. A ver qué dice el fenómeno del asesor y sus famosas perchas electorales.
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