Sin embargo, en el caso de no conseguirlo, la escuadra leonesa ya conoce las líneas maestras de la nueva categoría, la popularmente conocida como Segunda B Pro y que llevará por nombre ‘Primera RFEF’, que empieza a coger forma tras la reunión mantenida durante el día de este miércoles entre la Federación Española y los clubes, entre ellos el leonés, que ya tienen plaza asegurada en ella.
Pese a que en los últimos días se había especulado con una posible ampliación, la Federación confirmaba que el formato será el previsto inicialmente, de dos grupos de 20 equipos cada una.
Además, aunque se barajó la idea de dividir a los clubes en ellos sin condicionantes, por un sorteo, finalmente ha imperado la opción de que como en la actual Segunda División B sea la proximidad geográfica la que marque la división entre ambos, con lo que eso supondrá de ahorro en cuestión de desplazamientos.
Exigirá hierba natural desde 2022 y estadios de más de 4.000 espectadores en 2023. Quiere limitar los filiales Seguirán repartiéndose cuatro plazas de ascenso, con la novedad de que dos de ellas se darán directamente tras la disputa de los 38 partidos a ida y vuelta que supondrá la liga regular, puesto que el campeón de cada uno de los grupos jugará el año siguiente en Segunda.
¿Las otras dos? Se repartirán a través de un ‘playoff’ de ascenso, el cual disputarán los equipos situados entre la segunda y la quinta posición, cruzándose en ellos ambos grupos y siendo los choques a partido único y con prórroga pero sin penaltis, puesto que pasaría en caso de empate tras 120 minutos quien hubiera finalizado en un mejor puesto.
Por abajo serán los cinco últimos de cada grupo los que pierdan la categoría, siendo diez por tanto los equipos que suban desde la Segunda RFEF.
Eso sí, en uno de los temas que más debate generó, lo que se mantendrá es la obligación de tener un número de jugadores con ficha sub’23, el cual será de ocho en cada equipo, siendo eso sí obligatorio contar con un mínimo de 18 fichas profesionales en la plantilla.
Una manera de abandonar la sensación de competición amateur que se irá complementando también en las temporadas venideras, con varios cambios en los que se dará a los clubes un periodo de adaptación. Así, a partir de la temporada 2022/23 todos los equipos deberán jugar en terrenos de hierba natural; y desde la 2023/24 los estadios tendrán que contar con un mínimo de 4.000 espectadores.
Será obligatorio 8 fichas sub’23. La clasificación y las audiencias influirían para repartir los ingresos por TV Eso sí de momento no habrá VAR ni una limitación de participación de equipos filiales, si bien de cara al futuro sí que se quiere poner un tope aunque sin especificar la cantidad ni cómo se podría llevar a cabo. Además, se discutirá entre el sindicato de jugadores y los clubes la posibilidad de poner un salario mínimo como ya ocurre en Primera y Segunda División.
En el aire de la nueva competición, a la que un patrocinador pondrá nombre, están también los ingresos por los derechos televisivos, con los que se espera obtener entre 10 y 15 millones, por lo que cada club recibiría entre 300.000 y 400.000 euros.
Y es que un 50% se repartiría a partes iguales, pero un 25% dependería del puesto en el que quedaras en la clasificación y otro 25% en función de las audiencias que diera cada club.
