Las leyendas urbanas

27/04/2017
 Actualizado a 08/09/2019
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Jamás pensé cuando acabé la mili (el siglo pasado) y colgué las botas militares de los cables que había frente al glorioso cuartel de San Gregorio –como otros muchos que se licenciaron aquel día, aunque muchos más las llevaron de recuerdo– que me estaba incorporando al movimiento ‘shoefiti’; es más, no conocía ni esa palabra ni ninguna otra en inglés que no apareciera en alguna canción de los Rolling (entonces ni imaginaba que Bob Dylan fuera ser premio Nobel e, incluso, poeta).

Y, sin embargo, con el paso del tiempo, de mucho tiempo, se multiplicaron las zapatillas y botas que colgaban de los cables de los lugares más diversos. Hubo unanimidad en darles nombre –como era en inglés–, pero no en explicar qué significaban y crecieron las leyendas urbanas, sobre drogas, okupas, robos, celebraciones, hitos históricos...

La que más cuajó fue que «aquí se vende droga», así en general ¿María, coca, vino, Ducados...?

Empecé a dudar cuando las primeras que aparecieron en el pueblo causaron gran controversia. Los que tenían más mundo insistían en la versión de la droga, pero la pregunta no se hacía esperar: «¿En el cementerio?». Y es que allí las habían colgado. Llamar okupas a los que allí estaban tampoco parecía muy atinado... Precisamente unos días después de que apareciera aquella recordada pintada en la tapia del lugar: «Toda la vida esperando a que pasara algo... y sólo pasó la vida».

Le he ido dando hilo a la cometa para no hacer las mismas preguntas ante la imagen que nos trae Mauri ¿Quiere decir Mauri que en el edificio que se ve al fondo se vende droga?, ¿retoma lo del opio del pueblo?, ¿les llama okupas a los que viven allí?

Menos mal que llega el final, esto se complicaba.
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