Las cosas hechas con los pies

Es la de hoy una jornada en la que principalmente se apuesta para que se ponga fin a las cosas hechas con los pies. A que sea la cabeza y, sobre todo, la justicia la que se haga con un hueco.

Lo triste es comprobar que cuando sacan la lista de las ya hechas con los pies nos hace dudar de si estaremos en nuestras cabales. Tal vez debería ser el día de estar en nuestras cabales.

¿Alguien entendería que estos tres pares de pies que componen una imagen sin cabeza llevara a decisiones sin razón? ¿Se podría decidir que el importante y mejor pagado sea uno de ellos por los zapatos y los pantalones? ¿Se podría entender que la marginada y mal pagada sea otra por las faldas, las medias y el color de los zapatos? ¿Se puede ahora saber que ser militar o cuerpo similar no es lo mismo según su cuartel esté de este o del otro lado de la raya que llaman con esa palabra tan discriminatoria que es la de frontera? ¿Recuerda alguien el ‘No me llames extranjero’?...

Parecen preguntas hechas con los pies, sin sentido, sin respuesta, pues la lógica las desterraría.

Lo terrible es ponerle la cabeza a los pies de la foto.

Y es terrible porque con la cabeza puesta sería real que se hicieran las preguntas que le corresponden a las cabezas... y resulta que serían válidas todas las preguntas de los pies hechas para las cabezas.