marta-del-riego-webb.jpg

Las cabañuelas de Marta

06/01/2023
 Actualizado a 06/01/2023
Guardar
Los primeros días de 2023 pasan estas cosas:– Escucho el canto del cárabo en la noche de la Cordillera Cantábrica.

– V. susurra: de ahora hasta que pongan huevos en abril, intensifican el canto, tiene una función territorial respecto a otros machos y sexual respecto a su pareja.

– Pienso: maravilloso, y me vuelvo a dormir.

– Me levanto temprano, pero no tan temprano, a escribir.

– Caminamos por un bosque de hayas maduras.

– Me caigo entre la hojarasca y me salpico de barro hasta las cejas.

– Pienso: las hayas tienen una cualidad mágica, sabia, pétrea.

– Al día siguiente vamos al Cabo de Peñas. Llueve, el mar está en calma y los acantilados tiemblan. Me leo todos los carteles que hablan de flora y fauna y de la fosa abisal cantábrica y me empapo, otra vez, hasta las cejas.

– Por el camino de vuelta, recibo varios whatsapp y llamadas de trabajo, aunque aún esté de vacaciones.

– Pienso que no he reflexionado aún sobre lo que quiero que sea el 2023.

– Pienso: ¿es necesario reflexionar sobre lo que quiero que sea el 2023?

– Viene Mario con el tractor a traernos un saco de leña.

– Pequeño Zar ayuda a colocar la leña en la leñera.

– Le digo a Pequeño Zar que a partir de ahora él tiene que contribuir con más energía en las tareas del hogar y le doy la fregona.

– Comemos las sobras de Año Nuevo.

– Me bebo media botella de cava Juve & Camps y V., media de Roda.

– Pequeño Zar toma panetone con polos de limón (una combinación mortal).

– Contesto mails de trabajo aunque aún me queden dos días de vacaciones (he puesto ese bonito ‘out of office’, que sirve de bien poco).

– Al día siguiente conduzco hasta Madrid, atravesando la Cordillera. Han caído las primeras nieves. El embalse de Barrios de Luna parece un sueño de un romántico alemán. Pienso en mi padre.

– Pienso: ¿qué demonios quiero para 2023?

– Cuando llego a Madrid me siento y escribo esto: para 2023 quiero ser yo misma, con mi escritura, mis libros, con mis paseos por el campo, con mi Pequeño Zar y mi V., y mis hermanos, y mi corta familia, y mis amigas y amigos, y mi dosis de arte y de música, y ser dueña de mi tiempo, eso sobre todo, ser dueña de mi tiempo. ¿Es eso pedir mucho?
Lo más leído