"Las brañeras de Covaxo yo te diré como son: delgadinas de cintura..."

Brañas y brañeras de la Montaña Occidental Leonesa son las protagonistas de un documental que "se anuncia" con un excelente adelanto de más de media hora de duración y en el que, a través de los testimonios de brañeras, se va ‘reconstruyendo’ la historia de esta importante cultura

Fulgencio Fernández
16/10/2022
 Actualizado a 16/10/2022
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"Las brañeras de Covaxo yo te diré como son: Delgadinas de cintura y alegres de corazón". Así recuerda Adela Pérez González, de la braña Cubaxo, uno delos viejos dichos sobre sus brañeras, que ella conoce mejor que nadie pues precisamente fue brañera allí.

Lo recuerda ella y lo recoge, en un trabajo impagable, un documental que se anuncia con un adelanto al que pertenecen las imágenes y testimonios de Adela, Consuelo, Lina, Etelvina... y otras brañeras y expertos. El anuncio (de más de media hora de duración) es de los que te deja con ganas de más, de seguir escuchando, conociendo toda la historia y viendo imágenes como las que aporta, realmente espectaculares.

Se trata del proyecto de "Memoria Oral del Reino de León" que verá la luz en los próximos meses. De él han adelantado este vídeo, producido por RICI Comunicación por encargo de la Cele (Cátedra de Estudios Leoneses, de la Universidad de León), que recoge "los testimonios de estas mujeres brañeras que viven en la montaña occidental leonesa".

La cultura brañera tiene una larga tradición histórica y que, aunque en ella también participaban ocasionalmente varones, era una actividad eminentemente femeninaRecuerdan desde Cele la importancia de este trabajo y de poder haberlo hecho ‘a tiempo’ pues, explican, "en la actualidad pocas son las brañeras que aún nos pueden evocar esa forma de vida y, desde la Cátedra de Estudios Leoneses, consideramos de vital importancia conservar esa experiencia viva".

Unos testimonios que van más allá de los propios y jugosos recuerdos de estas brañeras, son la memoria asimismo de una economía y una forma de vida de gran importancia en las comarcas a las que se refiere, de la montaña occidental. "Hasta el auge de las explotaciones mineras en la montaña leonesa, la ganadería suponía uno de los más importantes motores económicos para este territorio del Reino de León. Los contrastes climatológicos favorecían, a la vez que resultaba indispensable, el aprovechamiento de los pastos de verano. Derivado de esa economía estacional, surgió una cultura como la brañera, que tiene una larga tradición histórica y que, aunque en ella también participaban ocasionalmente varones, era una actividad eminentemente femenina".

Así lo recuerda Consuelo, como un trabajo femenino. "Cuando era joven iba para la cabana a ‘hacer la carrera’. Entonces había siete, ahora se cayó una y quedan seis. Pa San José ya se subía para la braña, con el ganado seco, que le llamábamos. Por la noche lo encerrábamos y volvíamos, para subir al amanecer, que íbamos a sacarlo para el monte, lo que se llamaba a correr».

En tiempo de escuela subíamos al amanecer, echábamos las vacas y demás y bajábamos corriendo para mandar los nenos a la escuelaY la brañera va desgranando alguno de los trabajos que iban haciendo, por estaciones o por meses. "Para marzo y abril, cuando subíamos de primeras, después de salir las vacas a correr pues barríamos la cuadra y al acabar íbamos a arreglar los prados, que estaban muy estropeados de todo el invierno, y si se había caído alguna pared pues se hacía lo que llamábamos portillos, que para eso ya subía mi hermano, los hombres, quiero decir. Y comíamos todos juntos, en la braña. También hacíamos nosotras los baleos, para limpiar la cuadra y la cabaña...".

En mayo había un nuevo ‘escenario’. Era cuando subían las vacas de leche, y ahí ya tenían una nueva ocupación, ordeñar, a mano en principio y bajar la leche en bidones: "Era un trabajo muy duro", recuerda Lina de la braña Las Murias. "Primero había que bajar la leche pujando, después ya compramos un caballo y, con el tiempo, un coche", explica Etelvina, a la que le chispean los ojos cuando recuerda pasajes como el de "ya compramos un coche".

Para darse cuenta de cómo eran aquellas vidas de mujer, de una vida casi sin descanso —o sin casi— basta otro pasaje: "En tiempo de escuela subíamos a la braña al amanecer y después de hacer las cosas allí pues había que bajar corriendo para echar los nenos a la escuela, porque si no... y así era en aquellos tiempos".

Unas vidas que conviene recordar y unos testimonios que vienen como anillo al dedo en estas fechas de la mujer rural;unos recuerdos que ya recogen en este adelanto del documental que ya es una joya y un anuncio del tesoro que deber de ser completo. En este enlace el adelanto.
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