Las aguas del Valcarcel

Dicen los peregrinos en su ruta hacía Santiago, que la dulzura de esta comarca, puede ser la antesala de la gloria que les espera

Ramón Cela
09/04/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Foto de Ramón Cela del río Valcarcel en su trazado  por el Bierzo Oeste.
Foto de Ramón Cela del río Valcarcel en su trazado por el Bierzo Oeste.
Se comprende perfectamente que el discurrir por sus tierras haya tomado este nombre de Valcarcel que  simboliza la mayor cantidad de agua que aporta a la confluencia de varias cuencas que con sus ríos van conformando un caudal casi siempre uniforme de aguas puras y transparentes.

Quienes conozcan esta cuenca del Valcarcel nunca dejarán de admirar los pueblecitos como Las Lamas y otros muchos que, buscando más la luz, trepan por sus montañas, haciendo sumamente agradable un paisaje dulce donde se entremezclan los colores cambiantes durante todas la estaciones del año, por eso no es de extrañar que las montañas que fueron unos meses verdes, se vuelvan amarillas o moradas y que en ocasiones son coronadas con un manto blanco de nieve como si de un rebozo se tratara.

Dicen los peregrinos en su ruta hacía Santiago, que la dulzura de esta comarca, puede ser la antesala de la gloria que les espera al postrarse ante la tumba del Apóstol , algo que nadie duda ya que la singular belleza de Vega o Herrerías de Valcarcel, así lo dan a entender.

Quizás esta puede ser la razón por la cual, después de su paso por estos privilegiados lugares, los peregrinos acometen la corta subida hasta el Cebrero con más celeridad de la que sería aconsejable, ya que el disfrute de su fronda natural, aconsejaría tomarla con más calma y sobretodo elevación en sus miradas, olvidando un poco el Camino por donde transitar.

Pronto La Faba les indicará un atajo, para llegar a La Laguna de Castilla ( nombre que nadie entiende) y que es el final de su paso por la provincia de León; allí saciarán su sed en las maravillosas fuentes existentes y no se percatarán que esas mismas, poco a poco, formarán pequeños regatos hasta  que estos se van conviertiendo con sus aguas  en generosos donantes del río que simboliza con su nombre la cuenca del Valcarcel.

El Castillo de Autares, más conocido como Sarracín, vigila  imponente el discurrir de sus aguas, mientras que, a sus pies, se extiende la cabeza del municipio de Vega de Varcarce. Es aquí, donde se confunde el nombre de Valcarcel, con Valcarce, pero eso poco importa a los moradores de la comarca y menos a aquellos que la disfrutan con su paso, ya que se dice que todo es bueno hasta el aguardiente, cuando apenas existen cuatro cepas de vid  testimoniales. Pero para gloria de esta comarca, no podemos olvidar que en Vega de Valcarce nació Primitivo Álvarez Armesto, quizás el mejor pintor de todos los tiempos que tuvo la provincia de León.

Ya en Ambasmestas, se produce la desembocadura del río de la Cuenca del Balboa, rival digno de competir con la del Valcarcel, que por no ser menos, hasta disfruta de un castillo erigido en el siglo XIV  al igual que su iglesia digna de una especial mención, pero posiblemente por la proximidad con la otra cuenca,  sus gentes son tan maravillosas que es imposible hacer una visita, sin hacer algún amigo.

Cuando Ambasmestas despide al río Valcarcel, lo hace con tal delicadeza que sus riberas parecen jardines hasta su encuentro con el municipio de Trabadelo, que lo recibe de la mano de La Portela, población esta que no por pequeña es menos conocida que otras de muchos más habitantes. Ya en Trabadelo, el río Valcarcel disfruta del agua que baja desde el Monte de Capeloso que con sus 1.567 metros de altitud se levanta como el más alto de la mini-comarca. Y que en compañía de las aguas del Hayedo de Busmayor, con sus bellisimas cascadas, llegan desde el municipio de Barjas hasta una piscifactoria, donde pueden llenar las cestas algunos pescadores que no tienen la suerte de pescar en el río lo que ellos quisieran. Desde Trabadelo, el río Valcarcel baja sin grandes prisas pero con bastante agua, para que los villafranquinos la puedan disfrutar a sus anchas y en su gloriosa confluencia con el río Burbia, generosamente cede su buen nombre y toman juntos el del río Burbia. Villafranca, digna de todos los elogios posibles, admite esta unión de buen grado y con mimo entrega sus transparentes aguas al municipio de Corullón que agradecido las derrama por sus cultivos que tanta fama han ganado en toda la provincia leonesa.

Pero no debemos ni podemos olvidar  que poco antes, este agua riega el barrio villafranquino de Vilela, donde las cebollas alcanzan pesos superiores a los dos kilos, los tomates carnosos de 1.500 gramos y así diversos frutos. Vilela, también tiene, al igual que Horta ya del municipio de Corullón, unas frondosas praderías donde las cigueñas disfrutan  y crían, quizás de forma exagerada, pero eso no preocupa a nadie. Así, el río Burbia se va acercando al Embalse del Pelgo y poco después a Toral de los Vados antes de entregarse al río Sil, pero no podemos pasar por alto, algo que llena de prestigio a la Comarca berciana, ya que desde el río se puede observar a sus anchas las excelentes viñas donde se extrae posiblemente uno de los mejores vinos, no sólo de España sino del mundo, ya que debido a  una cuidadísima  y carisíma eleboración, se consiguen estos caldos sin igual.

Aquí, quiero hacer un apartado especial, debido a que al ser tan empinadas las viñas, todos  los trabajos forzosamente se tienen que hacer a mano o con caballerías especializadas en estos trabajos de arada y acarreo de las cajas de las uvas, así, no es de extrañar  que los que estos vinos producen tengan vendidas para todo el mundo  las cosechas con dos y tres años de antelación. Pero volvamos al río Burbia-Valcarcel…porque en su despedida del valle de Villafranca y Corullón, sus dos castillos, vigilantes como siempre, velan para que sus aguas lleguen a Toral, limpias y purificadas al tiempo que bendecidas por más de doce iglesias ( entre ellas seis románicas) con que cuentan los municipios de Villafranca y Corullón.
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