"Las administraciones deberían potenciar más lo de retener el talento aquí, en León"

Entrevista a Luis Gutiérrez, finalista de los 'Premios Educa-Mejor Docente de España'

Víctor S. Vélez
06/11/2022
 Actualizado a 06/11/2022
Una clase dirigida por Luis Gutiérrez, aspirante a mejor profesor de Primaria del todo el país. | SAÚL ARÉN
Una clase dirigida por Luis Gutiérrez, aspirante a mejor profesor de Primaria del todo el país. | SAÚL ARÉN
Equilibrio. La palabra más repetida en esta entrevista por Luis Gutiérrez, profesor en el Colegio Marista San José y finalista de los 'Premios Educa-Mejor Docente de España', es toda una declaración de intenciones sobre cómo concibe la enseñanza. En sus clases compensa la tecnología con metodologías más tradicionales, aboga por mandar deberes con moderación y considera que en el proceso educativo se deben repartir responsabilidades entre familias y profesores. Elegido entre los diez mejores docentes de Primaria de toda España, este polifacético profesor de materias tan diversas como Matemáticas, Lengua o Religión, aspira a obtener el primer puesto nacional el próximo día 15. En las aulas de los Maristas, centro educativo en el que también estudió, este leonés pone día a día en práctica su exitoso modelo de aprendizaje.

–¿Qué ha supuesto para usted el reconocimiento como uno de los mejores profesores de toda España? ¿Qué cree que se ha valorado en su candidatura?
–Lo que más me gusta de este premio es que los que nominan son los padres, tú no te puedes presentar a mejor profesor. Debido a que los padres se molesten, porque tienen que rellenar unos formularios, es un orgullo que te nominen. Mucho más ser finalista y que te valoren como mejor profesor.

–¿Cuáles fueron los argumentos que plantearon en su propuesta?
–Ellos tienen que rellenar un formulario en el que tienen que contestar a unas preguntas sobre cómo trabajamos los valores, anécdotas o qué ha supuesto para los alumnos. Cuando nos avisan que estamos nominados tenemos que hacer una memoria en la que se evalúa en seis dimensiones: valores en el aula, cómo se trabaja la solidaridad, las TIC, la proyección en blogs y redes, investigación científica, libros… Un comité de expertos lo valora y te evalúan sin verte la clase, por lo que en la memoria tienes que expresar mucho lo que haces.

No podemos delegar todo en las familias ni ellos delegarlo todo en los profesores y el colegio –¿Confía en ser elegido el día 15 como mejor maestro de Primaria del país? ¿Cómo es la trayectoria del resto de los finalistas?
–De este año ya hay dos que lo fueron el pasado y que imagino que consigan puntos. Yo había sido presentado dos veces, pero no había tenido méritos para ser finalista. Hay que valorar seis dimensiones y yo cinco las tenía muy trabajadas y una menos. No sé los otros profesores, pero yo ya estoy contento. Si gano, pues bien.

–Manu Velasco, Óscar Casado, Ángel Pérez Pueyo… parece que León triunfa en este tipo de premios ¿Considera que existe una calidad docente más elevada que en otros territorios? ¿Qué se está haciendo bien?
–En los Maristas tenemos a una profesora que también quedó finalista hace unos años en Infantil, Coral. Los informes de Pisa salen bien en Castilla y León, pero yo creo que es mucho trabajo y vocación. Nos apasiona y nos gusta mucho el trabajo que hacemos. Algo haremos bien en León cuando los maestros recibimos tantos reconocimientos.

–¿Cómo es su día a día en los Maristas? ¿De qué forma entiende la educación?
–Hace siete u ocho años intentamos cambiar la forma de dar clase, con más metodologías activas, proyectos, cooperativas y rutinas. Yo fui uno de los formadores y los alumnos han cambiado y también debe hacerlo la sociedad. Empezamos a trabajar más proyectos y cultura del pensamiento. Hay cosas que funcionan mejor, la pandemia nos hizo un parón y fue un rollo porque ellos estaban acostumbrados a trabajar en grupo. Este año hay que volver a reeducarles y que trabajen juntos. Damos mucha importancia en el colegio a la interioridad e intentamos inculcar valores, como con ‘Amanecer’ en un momento para nosotros por la mañana y con tutorías para trabajar la protección a la infancia, habilidades sociales o cualquier otro valor. También en cualquier momento, ya que si hay un conflicto paramos la clase. Al final, es mucha metodología y muchas ganas.

–¿Hasta qué punto es determinante la escuela en la vida de alguien? ¿Pesa más la educación que se haga en casa o hay que buscar un equilibrio?
–Nosotros sin la familia no podríamos educar. Debe ser cosa de los dos. Han cambiado mucho las cosas desde hace años y hay padres que lo trabajan muchísimo. Es algo de equilibrio de casa y escuela. No podemos delegar todo en las familias ni ellos delegarlo todo en los profesores y el colegio. Son sus hijos, pero todos tenemos que trabajar por ellos.

Buscamos la conciliación en el colegio y debería ir en las empresas. Son ellas las que deberían dar recursos–¿Han notado una pérdida de nivel en los alumnos que han tenido que convivir con la pandemia del Covid en los últimos cursos? ¿Se han readaptado bien a la normalidad?
Cuando empezamos el curso siguiente miramos a ver qué había quedado sin dar cuando fuimos a casa el último trimestre. Intentamos darlo en vez de avanzar, pero ese año nos redujeron el número de alumnos y no es lo mismo estar en clase con 18 que con 25. Entonces, aunque tuvimos ese trimestre que faltó, la educación con menos niños en más personalizada y compensó.

–Actualmente se han planteado debates como el de los deberes, ¿usted manda a sus alumnos? ¿Es partidario de limitarlos o, incluso, eliminarlos?
–Me gusta trabajar en clase con ellos y considero que estudiar en casa sí que tienen que hacerlo. Sobre todo, en quinto y en sexto. Muchas veces mandas deberes a casa y los traen perfectos con la ayuda de los padres. Les mando pocos deberes, pero estudiar sí. Les mando también tareas de investigación, que les gustan mucho, como buscar por Internet y que sea útil en casa para reforzar los conocimientos. No creo que haya que quitarlos, pero sí que debe existir un equilibrio.

–Otra polémica: el adiós a la calificación de ‘suspenso’ en algunas comunidades autónomas… ¿Es lo deseable? ¿Qué un alumno repita curso tiene más ventajas que inconvenientes?
–Nosotros intentamos que la repetición sea el último recurso. Cuando un niño va mal, no esperamos a junio y tenemos refuerzos y apoyos para compensarle. Creemos que la repetición de un curso debe ser un último recurso porque, al final, es separarle de sus amigos. Algunos tienen dificultades y tienen que repetir y otros que por carencias en la familia intentamos apoyarles mucho e ir a lo imprescindible.

–Más temas que siempre resultan controvertidos: el peso de Letras ¿Se está priorizando la educación en Ciencias? ¿Siguen siendo las Humanidades imprescindibles en el siglo XXI?
–Son necesarias las dos, aunque es verdad que está muy de moda lo 'Stem', el mundo científico y matemático. Yo creo que no podemos prescindir porque, además los que nos educamos hace años, damos mucho valor a la Lengua. Hay que buscar un equilibrio. Hay niños a los que se les da mejor una cosa y a otros otra porque hay que educarles en todo porque es cultura general. Al final, tienes que saber de todo. Yo el latín no lo usé nunca, pero ahora me ayuda a entender palabras o significados.

–En León también se debate mucho sobre retener el talento ¿Cómo se puede trabajar desde la Primaria que los niños y niñas valoren crecer profesionalmente en su provincia? ¿Qué más se necesita en este sentido?
–En Primaria, no lo trabajamos. La verdad es que es una pena y tenemos que darnos cuenta que son el futuro de toda la sociedad y de León. Con lo bien que se vive en León, somos unos afortunados. Yo nací aquí y trabajar aquí… Mucha gente que se va le da mucha pena, porque León es una ciudad para vivir. Las administraciones sí que deberían potenciar más lo de retener el talento aquí, en León. Al final, es una pena que tú inviertas y se vayan a trabajar fuera.

Lo llamamos metodologías activas o también nuevas metodologías, pero algunas tienen ya 60 o 70 años–En el plano autonómico también se está ampliando la Educación Infantil ¿Deben ir los niños y niñas casi ‘de la cuna al pupitre’ o lo ve exagerado?
–Al final, buscamos la conciliación en el colegio y debería ir en las empresas. Son ellas las que deberían dar recursos porque dejar a un niño de cero o un año en centros escolares a mí me da 'penina'. Entiendo que los padres tienen que trabajar, pero es complicado… Hay ‘coles’ que les atienden y si está bien si tienen recursos, pero creo que la conciliación tiene que ser más de las empresas y facilitar a los padres que ser un aparcamiento de niños.

–¿Hacia dónde tiene que mirar la educación? ¿Deben las nuevas metodologías desplazar a las tradicionales en el proceso de enseñanza?
–Las llamamos metodologías activas o también nuevas metodologías, pero algunas tienen 60 o 70 años. Por ejemplo, ahora está muy de moda la gamificación y yo cuando fui alumno en este colegio tenía un 'profe' que, de aquella, ya lo hacía. Solo que no lo llamabas gamificación, lo veías como un juego y tú aprendías gracias a él. Que haya nuevas metodologías no quiere decir que haya que quitar otras, hay que buscar un equilibrio. Al final, sigue habiendo una 'Selectividad' y los chavales lo que buscan es la máxima calificación para entrar en una carrera. Los niños y la forma de trabajar han cambiado, pero hay cuestiones a las que yo le doy importancia como trabajar la memoria. Me gusta mucho que sean cooperativos y que se ayuden, al igual que la gamificación, pero sigo dando la clase como antes, con exámenes y buscando un equilibrio para que sea lo mejor para ellos.

–¿Qué papel debe jugar la tecnología en todo esto? Se habla ya incluso de la llegada del metaverso a las aulas…
–Me gustan mucho las nuevas tecnologías. Son herramientas que nos dan posibilidades que otras no. Hay que buscar ese equilibrio porque los niños están creciendo con esto, es casi su boli y papel. No puede ser ni 'todo' tecnología, ni 'nada' tecnología. Nosotros tenemos unos ordenadores en el 'cole' con los que les preparamos y les enseñamos a manejarlos: conceptos básicos como poner la tilde o un espacio después de la coma. Uso mucho la tecnología y doy la clase desde atrás, porque me gusta y a ellos, pero también me gusta el equilibrio y doy la clase normal con la pizarra.

–Queda claro que sus alumnos aprenden de usted pero, para finalizar, ¿qué aprende usted de sus alumnos?
–Siempre aprendes. Al final, ellos nos enseñan muchas veces. Lo que se ha visto con la pandemia es que los que mejor lo hicieron fueron ellos. Llegábamos y les decíamos: 'No tenéis balón'. Ellos lo aceptaban como una nueva norma, algo que nos costaba a los alumnos. Ellos, como niños, fueron los que mejor lo hicieron porque sabían que era por el bien de todos. Aprendes porque cada niño es una historia y aprendes de su valentía y fortaleza. Aprendes muchas cosas porque a veces piensas que lo van a pasar mal y lo superan.
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